Las marcas blancas ya alcanzan el 70% de las ventas totales en Mercadona y Lidl

La inflación disparada durante meses ha consolidado la preferencia por productos más baratos. Algunos supermercados han excluido artículos de grandes firmas como PepsiCo

Helado Biscuit Hacendado
Supermercado Mercadona. Imagen de archivo
  1. Llamativa relación calidad- precio 
  2. Cambio en las preferencias del consumidor 
  3. Estrategia de los supermercados
  4. Marcas competitivas y atractivas para el consumidor
  5. No sustituyen a la marcas tradicionales 
Supermercado de la cadena Lidl. Imagen de archivo 

 

Las marcas blancas han consolidado su dominio en los supermercados Mercadona y Lidl, alcanzando el 70% de las ventas totales, según ha informado en exclusiva Confidencial Digital. Este notable incremento en la preferencia por productos de marca blanca se debe principalmente a la inflación y al creciente interés de los consumidores en maximizar sus ahorros.

Llamativa relación calidad- precio 

En un contexto económico marcado por el aumento sostenido de los precios, los consumidores españoles están cambiando sus hábitos de compra, priorizando cada vez más los productos de marca blanca. Estos productos, que ofrecen una relación calidad-precio más atractiva, han sido una alternativa viable para quienes buscan estirar su presupuesto sin sacrificar la calidad.

Según los datos obtenidos por Confidencial Digital, tanto Mercadona como Lidl han experimentado un aumento significativo en las ventas de sus productos de marca propia. Mercadona, con su marca Hacendado, y Lidl, con sus líneas como Cien y Deluxe, han sabido captar la atención y la lealtad de los consumidores que buscan precios más competitivos.

Cambio en las preferencias del consumidor 

El fenómeno de las marcas  continúan ganando terreno en los supermercados españoles, reflejando un cambio significativo en las preferencias de los consumidores. Javier Velilla, socio director de la agencia de branding Comuniza, explicó en una entrevista con Confidencial Digital que este fenómeno se debe a varios factores, entre ellos la persistente inflación y la búsqueda de ahorro por parte de los compradores.

“El aumento en la presencia de productos de marca propia en los últimos años sugiere un cambio significativo en las preferencias de los consumidores hacia opciones más económicas. Este cambio puede estar impulsado por factores como la persistente inflación y la búsqueda de ahorro por parte de los compradores, pero hay otras variables,” señaló Velilla.

Estrategia de los supermercados
 

Las cadenas de supermercados como Mercadona y Lidl han puesto un fuerte énfasis en sus marcas propias, una estrategia que, según Velilla, tiene múltiples beneficios. “El énfasis en las marcas propias por parte de cadenas como Mercadona y Lidl se relaciona con su capacidad para fidelizar a los clientes, aumentar los beneficios y simplificar la logística. Al centrarse en sus propias marcas, estas cadenas pueden asegurarse de que los clientes regresen a sus establecimientos, ya que no pueden encontrar esas marcas en otros lugares.”

Este enfoque no solo fideliza a los clientes, sino que también es altamente rentable. “Las marcas propias suelen generar más beneficios que las marcas de fabricante, lo que contribuye a la rentabilidad de las cadenas,” añadió Velilla. Al controlar la producción y distribución de estos productos, las cadenas pueden optimizar sus márgenes de ganancia y ofrecer precios más competitivos.

Marcas competitivas y atractivas para el consumidor

Según Javier Velilla, la clave de este éxito radica en la mejora de la calidad y la relación calidad-precio de estos productos.

 

“La mejora en la calidad y la relación calidad-precio de las marcas propias ha contribuido a su creciente aceptación entre los consumidores. De ser consideradas simplemente como opciones económicas, las marcas propias han evolucionado para convertirse en marcas competitivas y atractivas para una amplia gama de productos, lo que ha impulsado su popularidad y normalización en el mercado”, explicó Velilla en una entrevista exclusiva con El Confidencial Digital.

Este cambio de percepción ha transformado la relación de los consumidores con los supermercados y sus marcas blancas. “La relación con el supermercado y con la llamada marca blanca ya no es solo funcional, sino de pertenencia. El modo en el que compiten marcas fabricante y marcas distribuidor ha cambiado: los consumidores cada vez más confían más en la marca del supermercado para realizar sus compras, por lo que la relación ya no solo es como repositorio de productos sino como fabricante de la propia oferta del lineal. Limitar esta competencia solo por precio es un reduccionismo,” añadió Velilla.

No sustituyen a la marcas tradicionales 

Aunque es poco probable que veamos un supermercado que solo ofrezca sus propias marcas, las cadenas como Mercadona están expandiendo sus surtidos para incluir más categorías de productos y ofrecer mayor valor y variedad a los consumidores. “Mercadona o Lidl se gestionan como cadenas ‘de surtido corto’, que priorizan su marca propia en sus surtidos,” explicó Velilla. Esta estrategia les permite mantener un control más estrecho sobre la calidad y los costes, al tiempo que refuerza la fidelidad del cliente. Aunque, las marcas fabricantes están en retroceso en los lineales de los supermercados. Podemos cuantificar esta reducción en un 15% en los lineales en los últimos años, en una tendencia que se acelera con la situación de Pepsico y Carrefour entre otras.

La inclusión de marcas nacionales, aunque en menor medida, junto con las marcas propias, refleja un enfoque más equilibrado y diversificado para satisfacer las necesidades del mercado. “En los próximos años veremos la elasticidad de esta estrategia, porque reducir mucho el lineal afecta negativamente a la libertad de elección del consumidor y a la capacidad de las marcas de fabricante para competir en igualdad de condiciones. Esta concentración puede tener implicaciones significativas para la competencia y la diversidad en el mercado de gran consumo,” advirtió Velilla.

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