La evolución de los paneles de aluminio para edificación

Los paneles, formados por dos planchas de aluminio en el exterior y diferentes opciones de materiales como núcleo en su interior, ofrecen muy buenas prestaciones de rigidez, ligereza y aportación de eficiencia energética a los edificios.

La evolución de los paneles de aluminio para edificación
La evolución de los paneles de aluminio para edificación

El uso de paneles composite de aluminio en arquitectura está generalizado en todos los continentes, con más de 200 fabricantes a nivel mundial y más de 55 años desde su concepción.

Los paneles de aluminio forman parte de un sistema constructivo, por lo que el resto de materiales empleados y el correcto sistema de instalación son fundamentales para una edificación de calidad.

Los paneles, formados por dos planchas de aluminio y un núcleo de otro material en su interior, ofrecen muy buenas prestaciones de rigidez, ligereza y aportación de eficiencia energética a los edificios. Este tipo de paneles son hoy una solución segura y de calidad para las fachadas, siendo imprescindible la correcta selección del material (hoy hay distintos materiales para el núcleo), utilizar un sistema de instalación homologado, y hacer un uso y aplicación acordes a la normativa.

Así ha sido la evolución de los paneles de aluminio para edificación

Nos tenemos que remontar a los años 60. Los paneles compuestos con aluminio fueron impulsados por ingenieros suizos, que confirmaron la efectividad de combinar láminas de aleación de aluminio con otros materiales.

En el año 1969 se crea la primera hoja de ACP (panel composite de aluminio) por un fabricante alemán bajo la marca Alucobond. Se trata de los primeros paneles de aluminio, compuestos por dos láminas de aluminio con un núcleo de polietileno, y fueron patentados y comercializados a nivel mundial.

Inicialmente se valoró la calidad del producto para la industria del transporte, sobre todo por la ligereza que ofrece el aluminio con respecto a otros materiales. Pero en muy poco tiempo se confirmó también su aptitud para la arquitectura, donde pronto ocupó un papel protagonista.

Su gran expansión y uso comenzaría en los años 90. Una vez finalizado el periodo de protección sobre la patente, nacieron nuevos fabricantes de este tipo de materiales (aluminio con núcleo de polietileno, conocidos como paneles PE) en distintas partes del mundo, como Alpolic en Japón, Reynobond en Francia o Etalbond en Grecia, entre otros.

A principios de los años 2000, el uso de paneles composite de aluminio tipo PE (polietileno), homologados con sistemas constructivos con clasificación al fuego europea UNE-EN 13501 “D” o “E”, siguió en alza. Los fabricantes desarrollaron un nuevo tipo de panel que sustituyó el termoplástico del núcleo por una carga mineral, hoy generalmente conocidos como paneles FR (Fire Retardant) con clasificación al fuego europea B-s1, d0, con una mayor seguridad frente al fuego.

Entre los años 2015-2020 el producto sigue evolucionando y los fabricantes comienzan a ofrecer paneles A2, compuestos por dos láminas de aluminio con un núcleo completamente mineral en el interior, desarrollado para ofrecer una mejora significativa de resistencia frente al fuego.  

 

Así ha sido la evolución de la importación y fabricación de paneles composite en España

El uso de los paneles de aluminio en España para edificación se extendió durante los años 90 con la importación y presencia comercial de fabricantes internacionales, en su mayoría desde Alemania (Alucobond), Francia (Reynobond) y Grecia (Etalbond). La normativa de ese momento permitía un amplio uso de los paneles PE, con núcleo de polietileno, y suponían un gran avance para la eficiencia energética de los edificios.

En el año 2003, 34 después de la concepción inicial de los paneles composite de aluminio, la empresa española Alucoil se introduce en el mercado de paneles con la fabricación de paneles bajo la marca Larson PE a través de distribuidores e instaladores.

Alrededor del año 2005, al igual que en el resto de mercados europeos, los fabricantes de paneles composite de aluminio comienzan a comercializar en España los paneles FR (fire retardant), con mejores prestaciones frente al fuego, donde se sustituye el núcleo termoplástico por un núcleo con carga mineral. Este tipo de paneles son los actuales Alucobond Plus, de fabricación alemana, Alpolic FR, de fabricación japonesa, o Larson FR de fabricación española, que destacan por un mejor comportamiento y clasificación al fuego, ofreciendo sistemas constructivos de remachado y bandejas con clasificación al fuego europea B-S1, d0.

A partir del año 2016, se comienza a importar en España la tercera generación de paneles, que mantienen unas extensas propiedades térmicas y mejoran su clasificación al fuego con un resultado A2 según la normativa europea. Esta nueva generación de paneles vuelve de nuevo a sustituir el núcleo por un material no combustible y sin contribución al fuego, cumpliendo con las más altas exigencias normativas y contribuyendo, con sus propiedades de aislamiento, reciclabilidad y resistencia, a tener ciudades más seguras y sostenibles. En España están presentes con multitud de marcas de fabricantes internacionales a través de la importación y con fabricación española, podemos encontrar desde el año 2018 el panel Larson A2.

Así ha sido la evolución de la normativa en España sobre los paneles de aluminio para edificación

En el ámbito de la edificación, la legislación y el desarrollo de nuevos materiales para fachadas ha ido evolucionando, adaptándose al estado de la técnica.

La legislación, normativa y clasificaciones de materiales en Europa es diferente en cada país. A del partir del 2004 se unificaron los criterios europeos de clasificación en la Reacción al Fuego con la norma UNE-EN 13501, sobre un sistema constructivo, compuesto por materiales (como la piel del edificio y el asilamiento) y el sistema de instalación. Esta nueva normativa denominada Euroclases, consta de tres indicadores:

  • Tipo de material: La clasificación al fuego; desde la “A” (no combustible, sin contribución al fuego) hasta la “F” (sin clasificación, sin comportamiento determinado).
  • Emisión de humo: Indicadores adicionales de opacidad del humo, que van desde la s1 (producción baja de humos), hasta la s3 (producción alta de humos).
  • Caída de gotas inflamadas: Indicadores adicionales de caída de gotas/partículas que va desde d0 (no se producen gotas/partículas) a d2 (caída de gotas/partículas inflamadas).

En España entró en vigor en 2006 el Código Técnico de Edificación. Antes de la redacción de este código, la normativa concreta al fuego vigente en España era la NBE CPI-96, la cual data de 1996 y que no incluía ningún requisito frente al fuego en fachadas. El CTE de 2006 desarrolla nuevos requisitos para los materiales usados en las fachadas de nueva construcción. Para edificios con arranque de fachada accesible al público y la en los que la fachada tenía más de 18 metros, el sistema constructivo según normativa debía tener una clasificación B-s3, d2.

Durante el año 2010, se hicieron nuevas modificaciones que complementaban los requisitos anteriores:

  • si la altura de la fachada excede 18 metros y si el público tiene acceso al arranque de la fachada y mide menos de 18 metros, se requiere un sistema constructivo euroclase B-s3, d2.
  • si la fachada cuenta con 18 metros, pero se incluyen barreras (E30) que interrumpan el desarrollo de la fachada cada 10 metros o 3 plantas el requerimiento es de euroclase C-s3, d2.

A partir del terrible incendio de la Torre Grenfell en Londres, en 2019 se aprueba en España un nuevo Código Técnico de la Edificación, que es por el que actualmente se rige la normativa. Los requisitos de este nuevo código técnico se basan principalmente en la configuración del edificio, en concreto la altura y las entradas:

  • Si la fachada no es accesible al público, y mide menos de 10 metros, se requiere euroclase D-s3, d0.
  • Si la fachada es accesible al público, y mide menos de 10 metros se requiere euroclase D-s3, d0 y como mínimo los primeros 3’5 metros de altura con al menos, euroclase B-s3, d0.
  • Si el arranque de la fachada es accesible al público, y mide menos de 18 metros, se requiere euroclase C-s3, d0 y como mínimo los primeros 3’5 metros de altura con mínimo euroclase B-s3, d0.
  • Si, el arranque de la fachada no es accesible al público, y mide menos de 18 metros se requiere que los materiales cuenten con euroclase C-s3, d0.
  • Si la altura de la fachada excede los 18 metros, los materiales deben ser euroclase B-s3, d0.

Debemos tener en cuenta que, según la legislación, los nuevos requisitos de cada norma, no aplicaban a los edificios ya construidos, ni a los edificios con licencia de construcción visada antes de la aprobación de la norma.

Video del día

Los efectos del hachís o el cannabis sobre los más
jóvenes han quedado demostrados: hay un gran
riesgo de enfermedades mentales
Comentarios