La odisea de Alejandro Fernández para convertirse en candidato del PP en Cataluña

Fue elegido en la etapa de Casado, se enfrentó a Feijóo por las negociaciones con Junts, y el adelanto de las elecciones frustró una operación de Génova para sustituirle

  1. Hombre fuerte de Casado en Cataluña
  2. La salida de Casado evitó el relevo
  3. Una renovación prevista pero no ejecutada
  4. Choque por las negociaciones con Junts
  5. Seis meses de política nacional que impidieron celebrar el congreso
  6. El semestre electoral frenó el relevo
  7. Adelanto electoral, la guinda del pastel que ha mantenido a Fernández
El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández (2i), el presidente del Partido Popular y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo (c), y el candidato del PP en Barcelona, Nacho Martín Blanco.
El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández (2i), el presidente del Partido Popular y candidato a la Presidencia del Gobierno, Alberto Núñez Feijóo (c), y el candidato del PP en Barcelona, Nacho Martín Blanco.

El camino que ha llevado a Alejandro Fernández, actual líder del Partido Popular en Cataluña, a mantenerse como candidato a la Generalitat, no ha resultado simple. Aunque la dirección nacional del PP ha buscado otro candidato a última hora, el adelanto electoral anunciado por el president, Pere Aragonès, el pasado 13 de marzo cogió a Génova con el pie cambiado y ha terminado por impedir cualquier renovación de los populares en la región.

En una reunión privada este lunes, Fernández trasladó al presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, su plena voluntad para ser candidato y liderar el partido para los próximos comicios del 12 de mayo. Apenas 24 horas después, el mandatario gallego terminó por dar el visto bueno a la candidatura de Fernández.

Hombre fuerte de Casado en Cataluña

Fernández se erigió como jefe de PP catalán durante el manto de Pablo Casado. En el decimoquinto congreso autonómico, celebrado en 2018, se alzó con el 97,1% de los apoyos. El actual alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, líder del PP catalán con Mariano Rajoy, no había cuajado como alternativa y los malos resultados de 2017 —con tan solo cuatro escaños— dificultaron su continuidad después de que Ciudadanos consiguiese convertirse en la primera fuerza del Parlament. La llegada de Fernández estuvo vinculada a la presidencia de Casado, que apostó por él. Desde su elección hasta 2021 no hubo un atisbo de duda sobre quién encabezaba a los populares en la región, pero los comicios de febrero de ese año resultaron definitivos: el PP cayó otro escaño más, y fue superado no solo por Ciudadanos —que obtuvo el doble de diputados— sino por Vox —que alcanzó los 11 escaños y se convirtió en la primera fuerza de la derecha no nacionalista—.

La salida de Casado evitó el relevo

Algunas informaciones, como la publicada por ElConfidencial.com, apuntaban a que Casado y Teodoro García Egea, entonces secretario general del PP, ya pensaba en relevarle. Y es probable que hubiese sido así, pero en febrero de 2022 estalló un escándalo en el seno del PP madrileño que lo frenó todo. Las acusaciones de espionaje a Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, que amenazaba el liderazgo de Casado. Las sospechas del espionaje llegaron a Génova, Casado señaló públicamente a Ayuso por un contrato de mascarillas con el que su hermano se ganó casi 300.000 euros en lo peor de la pandemia, y el enfrentamiento interno terminó con el entonces presidente del partido fuera de Génova. La abrupta salida de Casado impidió cualquier renovación. La llegada de Feijóo no varió mucho el sistema: el líder mandatario se centró en asentarse en Génova y respetar a los líderes autonómicos con los que había mantenido un contacto estrecho como presidente de la Xunta de Galicia. Una apuesta que le salió más que bien el pasado 28 de mayo, cuando hasta cinco de ellos pasaron de la oposición a presidentes autonómicos. 

Una renovación prevista pero no ejecutada

Cataluña ha supuesto un apéndice aparte, pero pendiente. Génova nunca ha explicitado su apoyo a Fernández como líder del PP en la región, y parecía cuestión de tiempo que Feijóo afrontase la renovación del partido y se convocara un nuevo congreso autonómico que determinara quién encabezaba el proyecto para resucitar el PP catalán: precisamente, los malos resultados en la región el pasado 23-J fueron la clave que sostuvo al presidente Pedro Sánchez en la Moncloa y alejaron a Feijóo de alcanzar una presidencia que ya consideraba ganada.

Choque por las negociaciones con Junts

Tras las elecciones generales llegó el principal choque público entre Génova y Fernández. En las semanas previas a la investidura de Feijóo, el PP comenzó a acercarse a Junts y el vicesecretario de Asuntos Internacionales, Esteban González Pons, llegó a hablar de la formación de Carles Puigdemont como “un partido cuya tradición y legalidad no están en duda”. Estas declaraciones, que trataban de allanar el terreno para un entendimiento entre ambas fuerzas, cayeron como un jarro de agua fría en el PP catalán. “JUNTS sí es mi RIVAL, un partido cuya tesis esencial es que España es una dictadura dirigida por un Rey fascista, con el que se niegan a "hablar". Que alguien me diga de qué hay que "hablar" con ellos…”, publicó Alejandro Fernández en su perfil de X —antes Twitter— cinco días después de las declaraciones de Pons.

El líder del PPC, Alejandro Fernández a la izquierda, Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP, en el centro y Elías Bendodo.

Seis meses de política nacional que impidieron celebrar el congreso

Aquel encontronazo público se leyó como la ruptura final entre Fernández y Feijóo, y se dio por hecho que Génova apoyaría a otro candidato para relevarle. Desde entonces las relaciones entre la dirección del partido en Cataluña y la nacional se congelaron a la espera de que se celebrase un congreso autonómico. Entonces, ambos medirían sus fuerzas. Génova propondría entonces a su candidato, pero Fernández no confirmaba si se presentaría o no a unas primarias en las que tendría que hacer frente a la opción elegida por Feijóo para sustituirle. “Cuando se convoque el congreso, lo anunciaré”, repetía el actual líder de los catalanes. Pero el panorama político llevó al PP a demorar una y otra vez el congreso: los comicios autonómicos y municipales del 28 de mayo dieron pie a la disolución del Parlamento y al adelanto electoral de las generales; después llegó la constitución del Congreso y la investidura de Feijóo más la de Sánchez —que se celebró a mediados de noviembre, medio año después del 28-M—. Durante los meses otoñales, la relación entre Fernández y Feijóo se fue allanando a la espera de que se celebrara el congreso.

El semestre electoral frenó el relevo

En diciembre, Alfonso Rueda, sucesor de Feijóo en Galicia, anunció otro anticipo de los comicios para el 18 de febrero, en un contexto de pleno semestre electoral, con las elecciones vascas fechadas para el próximo 21 de abril y las europeas para el 9 de junio. “En mitad de elecciones y campañas electorales no se puede convocar el congreso autonómico”; aseguraban fuentes tanto de Génova como del PP catalán. Como adelantó ECD, los populares descartaron celebrar el evento regional hasta después del verano.

Adelanto electoral, la guinda del pastel que ha mantenido a Fernández

Y con todo este ambiente como contexto, Aragonès anunció un adelanto electoral para el 12 de mayo totalmente imprevisto en las filas del PP catalán. “No lo deis por hecho”, decían fuentes del equipo de Fernández el mismo día en que, tras la caída de los Presupuestos, todo parecía indicar que Cataluña se abocaba a una anticipo electoral. Ya no daba tiempo a celebrar ningún congreso y, en un inicio, se dio por hecho que sería Fernández quien encabezaría la lista electoral, pero desde Génova no lo confirmaban y empezó a haber movimientos para buscar una alternativa. Uno de los nombres encima de la mesa fue Dolors Montserrat, que ya rechazó ser candidata a la alcaldía de Barcelona y abandonar el Parlamento Europeo, donde se mantiene como eurodiputada y portavoz. Además, el pasado viernes Ciudadanos y el PP rompieron las negociaciones: una opción que, de haberse consumado, habría permitido a la cúpula popular haber elaborado una lista encabezada por miembros del partido naranja, aunque ya integrados dentro de la lista del PP. Pero la falta de tiempo ha resultado el principal factor de la decisión: el próximo martes termina el plazo y el poco margen ha atado de manos a la dirección popular que, finalmente, ha optado por mantener a Fernández ante la falta de alternativas que gustasen en Génova y que diesen el sí a Feijóo.

 

La continuidad de Fernández responde así a un cúmulo de sucesos e imprevistos, desde la salida de Casado hasta el adelanto electoral de Aragonès, que han permitido al líder catalán presentarse de nuevo a las elecciones al Parlament de Cataluña pocos meses después de no contar para Génova.

Alejandro Fernández, líder del PPC.

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