La extrema izquierda exhibe por toda España la identidad de policías infiltrados

Colectivos antifascistas, anarquistas e independentistas están difundiendo en carteles fotos, nombres y apellidos de agentes de la Comisaría General y las brigadas provinciales de Información

Carteles en Albacete.
Carteles en Albacete.
  1. Policías infiltrados en Cataluña
  2. Relaciones sexoafectivas
  3. Juventudes de ERC
  4. Comisaría General de Información
  5. Aviso al juez
  6. Denuncias públicas y en los tribunales
  7. Carteles con rostros y nombres
  8. Cuatro hombres y dos mujeres
  9. Marquesinas y muros en Madrid
  10. Locales anarquistas en Barcelona y Valencia
  11. Objetivo: amenazar y ‘quemar’ a los policías
  12. Paranoia y “caza al topo”
  13. En partidos políticos
Local anarquista en Valencia.
Local anarquista en Valencia.

Colectivos de extrema izquierda, “antifascistas”, anarquistas, okupas, independentistas... están difundiendo por toda España carteles desvelando las identidades de seis supuestos agentes de la Policía Nacional, que protagonizaron otros tantos casos de “infiltración” en este tipo de colectivos de izquierda radical y antisistema y que acabaron siendo descubiertos

Han aparecido pegados en marquesinas de autobús, en parquímetros, en papeleras, en vallas publicitarias, en carteles de “Prohibido fumar”, en muros... y hasta en el portal de uno de los protagonistas. Se han visto en Madrid, Barcelona, Valencia, Lérida, Albacete... entre otras ciudades de España.

El cartel, en una papelera de Madrid.
El cartel, en una papelera de Madrid.

Los difunden también por Twitter y otras redes sociales.

Policías infiltrados en Cataluña

Al menos desde el año 2022, y por goteo, diarios digitales de tendencia izquierdista han sacado a la luz presuntos casos de policías nacionales que estaban o habían estado infiltrados en organizaciones sociales y movimientos políticos de izquierda radical, y también en algunos casos vinculados al independentismo catalán, como los Comités de Defensa de la República (CDR).

Comenzó el diario La Directa, cercano a la izquierda independentista catalana. Difundió fotos, iniciales, lugar de nacimiento e identidad operativa de un policía nacional que había pasado dos años participando en colectivos como el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC), el Casal Popular Lina Òdena del distrito barcelonés de l’Esquerra de l’Eixample, y un colectivo por el derecho a la vivienda también en Barcelona.

Relaciones sexoafectivas

Después destapó el caso de otro agente, que se había movido por un centro social okupado, también en Barcelona. La Directa subrayó que, para ganarse la confianza de esos círculos y obtener más información, este policía nacional llegó a “establecer relaciones sexoafectivas instrumentales con mujeres que le facilitaban participar en asambleas, jornadas y manifestaciones”.

Le siguió un reportaje sobre un policía que se hizo pasar por activista de asociaciones vecinales en Valencia, donde llegó a integrarse en un centro social okupado anarquista.

También denunciaron el caso de una mujer, miembro de la Policía Nacional, que durante tres años participó en actividades de grupos feministas, sindicatos de inquilinos, manifestaciones contra la condena al rapero Pablo Hasél y ateneos anarquistas de Gerona.

A esta agente la señalaron también por haber utilizado el sexo y las relaciones sentimentales para intentar consolidar su cobertura y conseguir información.

 

Juventudes de ERC

La Directa y el diario Ara publicaron en otro momento queAgentes del Departamento de Seguridad Nacional español intentan infiltrar un confidente en las juventudes de ERC y en Batec”.

Un joven ex militante de las juventudes de Esquerra Republicana de Catalunya había grabado y había hecho que lo fotografiaran durante los encuentros que mantuvo con dos hombres, que se identificaron como Alfredo y Juan, y que se citaron con él en un hotel de Barcelona.

Le ofrecieron que se convirtiera en confidente: se dedicaría a pasar al Departamento de Seguridad Nacional información sobre grupos independentistas en los que lograra infiltrarse. A cambio, según los audios publicados, podrían echarle “una manita” en la oposición al ingreso en los Mossos d’Esquadra para la que se estaba preparando.

Fuera de Cataluña y la Comunidad Valenciana, en 2023 El Salto Diario difundió un caso similar de infiltración de un policía nacional en organizaciones de extrema izquierda en Madrid, como Distrito 14 (del distrito de Moratalaz) y Movimiento Antirrepresivo de Madrid.

Comisaría General de Información

Dentro de la Policía Nacional, son la Comisaría General de Información y las brigadas provinciales de información las encargadas de monitorizar y vigilar colectivos radicales y de ideologías extremistas, tanto de ultraderecha como de extrema izquierda, así como grupos independentistas radicales.

En ciertos casos, para obtener información de los colectivos más radicales, que además organizan en ocasiones actos violentos y disturbios callejeros, las unidades de Información de la Policía infiltran agentes, a los que dota de una identidad operativa para tratar de que no sean descubiertos.

Esos infiltrados pueden pasar años haciéndose pasar por activistas de ciertos colectivos. Obtienen datos que facilitan a las unidades de Información, para conocer los movimientos de esas organizaciones.

Aviso al juez

Cuando un infiltrado detecta que en los círculos en los que se mueve -organizaciones políticas, pero también grupos de delincuencia organizada- se prepara la comisión de un delito, se da aviso a la autoridad judicial.

Un juez y un fiscal, generalmente de la Audiencia Nacional, pueden autorizar a ese infiltrado a convertirse en agente encubierto, lo que le permite participar en actividades delictivas con objeto de destaparlas y poder proceder a la detención de los delincuentes y además, si es posible, abortar el delito antes de que se cometa.

También tratan de infiltrar agentes la Jefatura de Información de la Guardia Civil, la Comisaría General de Información de los Mossos d’Esquadra, y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), por ejemplo.

Hay que señalar que la infiltración se realiza no sólo para vigilar a organizaciones políticas extremistas, sino también, y muy especialmente, en redes de criminalidad organizada (tráfico de drogas, tráfico de armas, trata de blancas, inmigración ilegal, mafias...) y en grupos terroristas, antes ETA, GRAPO, Terra Lliure... y ahora las células yihadistas.

Denuncias públicas y en los tribunales

Cada vez que han conseguido descubrir a un infiltrado, los colectivos de extrema izquierda afectados han denunciado en ruedas de prensa esas operaciones de la Policía Nacional.

Además, han difundido por redes sociales y en medios de comunicación fotos, nombres y otros datos personales de los agentes.

Incluso han llevado a los tribunales, por abuso sexual, a los policías que llegaron a mantener relaciones sexuales y sentimentales con militantes de las organizaciones donde se infiltraron.

Carteles con rostros y nombres

Ahora, grupos diversos, de distintas tendencias y diferentes lugares de España, están participando en una campaña para exhibir en las calles las identidades de seis supuestos infiltrados de la Policía Nacional en estos movimientos.

Un cartel en catalán.
Un cartel en catalán.

Han elaborado un cartel, que recuerda los anuncios de “Wanted” de las películas del Oeste, o los carteles de “Los más buscados” que existen en las comisarías de policía, y que eran más habituales en España cuando aún atentaba ETA y se buscaba a miembros de la banda terrorista.

Cuatro hombres y dos mujeres

El cartel incluye seis fotos de estos policías; imágenes que parecen sacadas de sus perfiles en redes sociales. Se trata de cuatro hombres y dos mujeres.

Debajo de cada fotografía se puede leer el nombre y uno o dos apellidos del agente, o al menos la identidad que estos grupos dicen haber descubierto de esas personas.

También se indica la ciudad y la fecha de la infiltración: “Madrid, 2014-21”, “Girona, 2020-23”, “Barcelona, 2020-22”, “Valencia 2020-22”...

En los carteles destacan dos mensajes: “Infiltración es tortura” y “Que no se olvide”.

Se han editado carteles en castellano, catalán, vasco, gallego, asturiano e inglés.

Marquesinas y muros en Madrid

“La idea es que este cartel se exponga en centros sociales, ateneos, casales, bares, librerías...”, comenta uno de los difusores del cartel. Y la consigna está teniendo éxito. Organizaciones y simpatizantes de extrema izquierda han comenzado a pegar carteles en las calles de distintas ciudades de España.

En Madrid, por ejemplo, los han colgado en muros, marquesinas de autobús, papeleras, parquímetros y otros elementos del mobiliario urbano.

Un cartel con las fotos de los policías, en una marquesina de autobús en Madrid.
Un cartel con las fotos de los policías, en una marquesina de autobús en Madrid.

Para presumir del éxito de sus investigaciones, pero también de su empeño en intimidar a los policías señalados, destacan que se han aplicado especialmente en empapelar con estas fotos el barrio en el que -aseguran- vive uno de los agentes ‘cazados’.

Incluso han llegado a pegar carteles en el que afirman que es el portal del domicilio de uno de ellos, y han difundido fotos..

Locales anarquistas en Barcelona y Valencia

Colectivos de extrema izquierda en Cataluña están siendo bastante activos en difundir estos carteles en redes sociales y en calles, casales, ateneos, sindicatos... Grupos anarquistas e independentistas se están haciendo eco de la campaña: por ejemplo, en los barrios barceloneses de Gracia y de Sant Andreu del Palomar (donde están algunos de los casales donde se infiltraron los policías), en la ciudad de Gerona (donde actuó una de las agentes) y en Vilafranca del Penedès (Barcelona).

Un “ateneo cooperativo” de corte anarquista en Lérida, que funciona como bar pero que acoge asambleas, exposiciones, presentaciones de libros, ha colgado junto a la puerta un cartel con los rostros y nombres de los seis policías de Información descubiertos.

Lo mismo ha hecho un “sindicato de barrio” en la ciudad de Valencia. En el exterior de su local exhibe varios carteles de denuncia contra la “tortura” que, según ellos, supone la infiltración policial. De nuevo, muestran los rostros y los nombres y apellidos de los agentes. Los promotores de la campaña celebran que se han difundido carteles hasta en Albacete.

Un cartel en una estación de tren de Cataluña.
Un cartel en una estación de tren de Cataluña.

Objetivo: amenazar y ‘quemar’ a los policías

En esta campaña, pero en redes sociales, participan numerosos grupos: secciones locales de organizaciones anarquistas como la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y Solidaridad Obrera, Comités de Defensa de la República (CDR), ateneos libertarios, organizaciones feministas, “sindicatos de vivienda” que protestan contra los desahucios...

El mayor eco de esta campaña se está dando allí donde estuvieron infiltrados esos policías: Cataluña, Comunidad Valenciana y Madrid. Pero también la están apoyando organizaciones de otros puntos de España, como Valladolid y Villalba (Lugo).

La difusión de los rostros e identidades de policías nacionales que pueden estar vinculados a la Comisaría General de Información no sólo supone una forma de amedrentarlos a ellos, y a otros agentes que puedan ser enviados a obtener información en círculos de extrema izquierda. También sirve para “quemarles”, para dificultar que puedan volver a ser desplegados como agentes operativos de calle. Si los militantes y simpatizantes de estos grupos se quedan con sus caras, podrían reconocerles en una asamblea, en un local, en una manifestación donde pudieran volver a intentar infiltrarse.

Paranoia y “caza al topo”

Tanto las operaciones policiales con detenciones, como la publicación de casos de infiltración, provoca automáticamente que en este tipo de colectivos se dispare el miedo al infiltrado.

Eso a su vez origina unacaza al topo, una vigilancia y revisión exhaustiva para intentar detectar a sospechosos y descubrir infiltrados policiales que no han sido destapados.

Esa paranoia también tiene efecto en las comunicaciones telemáticas. En los años posteriores a la intentona secesionista de 2017 en Cataluña, entre los miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) eran frecuentes las alertas por la vigilancia policial y la presencia de “topos” en los canales que usaban para coordinarse y convocar actos de protesta. 

Los servicios de información actúan tanto en foros y canales de Internet, como en actividades presenciales, para intentar estar al tanto de lo que preparan algunos de estos grupos.

En partidos políticos

Algunos partidos políticos también han denunciado “infiltraciones policiales”, o las han temido, como Podemos y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP).

Cuando existía la amenaza de ETA, la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, el Servicio de Información de la Guardia Civil, el Centro Nacional de Inteligencia, y también las unidades de información de la Ertzaintza, trataban de infiltrarse en la constelación de grupos de la izquierda abertzale con conexiones con ETA: partidos políticos (Herri Batasuna, Batasuna...), sindicatos (LAB), organizaciones juveniles (Jarrai, Haika, Segi)...

En la última década, la alerta pasó a Cataluña, debido al desafío independentista en esta comunidad. De ahí que los grupos independentistas, los anarquistas, y aquellos en los que confluyen separatismo y extrema izquierda, sean objetivo preferente de los servicios de información, que prestan gran atención a lo que ocurre en esa comunidad.

Centro anarquista en Lérida.
Centro anarquista en Lérida.

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