Los escoltas que protegían a políticos, jueces y empresarios están de brazos cruzados. No han recibido el curso que les permitirá vigilar las cárceles

Los escoltas que llevan sin proteger a políticos, jueces y empresarios en País Vasco y Navarra desde el pasado mes de marzo aún no han encontrado la salida laboral prometida por el ministerio del Interior: ninguno de ellos ha pasado a desempeñar labores de vigilancia en las cárceles españolas.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, los agentes privados no han sido aún trasladados a las instituciones penitenciarias porque la gran mayoría no ha realizado todavía el curso de formación que exige el ministerio para pasar a desempeñar esa nueva misión.

Las fuentes consultadas por este diario explican que desde el departamento de Jorge Fernández Díaz “se nos decía que la celebración de esos cursos se ha retrasado por motivos presupuestarios, aunque nos aseguraban que pronto se solucionaría el problema”.

Hace tan solo unas semanas, y cuatro meses después de la reducción de escoltas anunciada por Interior en marzo, 150 personas han sido llamadas para dar las primeros clases, imprescindibles para poder optar a un puesto en cualquier cárcel española.

De momento, el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz solo ha dado la licencia para impartir esos cursos a la empresa privada Ombuds, propiedad de los hermanos Cortina, Ernesto y Rodrigo, y que ya ha trabajado para Interior en otras ocasiones.

Ya en 2007, ECD informó que era la que más dinero recibía del Ministerio para proteger a cargos del PP y PSOE en el País Vasco y Navarra de las amenazas terroristas. Los centros en los que se dan las clases están homologados por la secretaría de Estado de Seguridad.

 

Video del día

6 de cada 10 de los que van en bici o en
patinete en ciudad no llevan casco
Comentarios
Envíanos tus noticias
Si conoces o tienes alguna pista en relación con una noticia, no dudes en hacérnosla llegar a través de cualquiera de las siguientes vías. Si así lo desea, tu identidad permanecerá en el anonimato