Sólo la Armada sobrevive al lío montado por Defensa con la reforma de la enseñanza militar que incluye la doble titulación: castrense y como ingenieros

La Armada está encajando mucho mejor que el Ejército de Tierra la reforma de la enseñanza militar acometida por el ministerio de Defensa para dar a los futuros oficiales una doble titulación: la castrense y otra civil como ingenieros.

Si en enero, en el primer curso del nuevo plan de formación en la Academia General de Zaragoza, ya había 65 bajas (un 22 por ciento de los cadetes), en la Escuela Naval de Marín sólo 6 de los guardiamarinas que entraron en septiembre (menos de un 8 por ciento) han abandonado, según datos del Estado Mayor de la Armada a los que ha tenido acceso El Confidencial Digital.

Marín es la excepción, en el lío organizado por Defensa con la reforma de la enseñanza para la doble titulación de oficiales. El plan de estudios ‘civiles’ elegido corresponde al grado de ingeniería mecánica, más acorde y similar a la formación propia y tradicional de la Armada que el aplicado en Zaragoza para los oficiales de tierra, como ingenieros de organización industrial.

Además, los aspirantes a guardiamarinas estaban más informados o concienciados sobre lo que les esperaba en la Escuela Naval y en el centro universitario de la Defensa adscrito a la misma.

El caso del Ejército del Aire es aparte. Su cifra de bajas voluntarias ha sido anecdótica. Los jóvenes que han ingresado tienen menos problemas que los de los otros ejércitos con el título civil, que es el mismo que el aplicado en Zaragoza, ingeniero industrial, pero con un plan de estudios que sólo coincide en un 60 por ciento con el que imparten las universidades convencionales y con el exigido en la Academia General Militar, según denuncian los colegios de ingenieros.

A los futuros pilotos se les exige menos formación técnica que a los futuros oficiales de Infantería, Caballería o Artillería. Un teniente de la Legión estudiará el doble de ‘mecánica de fluidos’, ‘resistencia de materiales’, ‘electrónica industrial’ o ‘mecánica de máquinas’ que un futuro piloto de F-18.

En Marín, los guardiamarinas y los responsables del nuevo centro de enseñanza adscrito se han ido adaptando a los cambios gradualmente y con menos problemas. Según fuentes de la Armada, la mayoría de los alumnos aprueban las asignaturas ‘civiles’, mientras que en Zaragoza, donde la dirección tiene órdenes de evitar más salidas voluntarias, se teme que el número de repetidores, por las asignaturas de ingeniería, sea más alto que nunca.

Además, un alto porcentaje de cadetes de la Academia de Zaragoza abandonaron en el primer trimestre porque no aguantaban la dureza de la formación castrense básica impartida en las primeras semanas. Para el curso que viene, como adelantó El Confidencial Digital, se ha decidido dosificar esa formación castrense para evitar las bajas masivas.

 

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