Zapatero ofendió la tradición oriental, que excluye cualquier contacto físico, y dio dos besos a la niña china que le ofreció flores

José Luis Rodriguez Zapatero, de visita oficial en China y Japón, puso ayer en evidencia su desconocimiento de las tradiciones y de la cultura oriental. Al llegar al pabellón español en la Exposición Universal de Shanghai y bajar del potente vehículo oficial, una niña china le esperaba para darle la bienvenida de manera oficial. En un arranque improvisado, se acercó a la pequeña y la dio dos besos, uno en cada mejilla. Los representantes y dirigentes locales se quedaron helados. Zapatero se había saltado una estricta regla en los usos y costumbres orientales: nunca tiene que haber en público un contacto físico entre dos personas; como máximo, estrechar la mano. La niña, sorprendida por los besos, se ruborizó y durante unos segundos no supo cómo reaccionar ante una situación que no se esperaba.

 

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