El cambio de Julie Andrews: Antes y después

Una de las figuras más icónicas del cine y el teatro mundial es Julie Andrews.

El cambio de Julie Andrews: Antes y después
  1. De los Escenarios al Cine
  2. La Edad Dorada de Julie Andrews
  3. Los Desafíos de la Vida Personal
  4. Una Segunda Juventud

Una de las figuras más icónicas del cine y el teatro mundial es Julie Andrews. Su talento, elegancia y carisma la han convertido en una leyenda en el mundo del entretenimiento con una carrera de más de seis décadas. Aunque Julie Andrews se ha hecho famosa principalmente por sus actuaciones en musicales clásicos y su voz angelical, su cambio a lo largo de los años va más allá de lo físico, reflejando su evolución personal y profesional.

De los Escenarios al Cine

Julie Andrews nació en Walton-on-Thames, Surrey, Inglaterra, el 1 de octubre de 1935 y su talento vocal se hizo evidente desde muy joven. Ya cantaba en teatros y presentaciones en Londres a los 12 años. A principios de la década de 1950, empezó a destacar en Broadway con su participación en musicales como The Boy Friend (1954). Sin embargo, fue su papel como Eliza Doolittle en la adaptación teatral de My Fair Lady (1956) lo que la hizo famosa. A pesar de recibir elogios de la crítica y el público por este papel, no fue famoso en el cine hasta que Audrey Hepburn fue seleccionada para interpretar el papel en la versión de 1964.

Cuando Julie Andrews fue seleccionada para interpretar a Mary Poppins, la niñera más querida del cine, en 1964, su vida experimentó un cambio significativo. La actuación de Andrews en este musical icónico de Disney le valió el Óscar a la Mejor Actriz. Julie Andrews ya era una estrella mundial a los 29 años gracias a su talento vocal y a su presencia en la pantalla, que irradiaba una mezcla de fortaleza y dulzura.

La Edad Dorada de Julie Andrews

Después de su participación en Mary Poppins, Julie Andrews interpretó a María von Trapp en The Sound of Music (1965), uno de los musicales más populares de la historia. Su imagen como la figura ideal de la bondad, la inocencia y la ternura se fortaleció con este papel. Su interpretación de "Do-Re-Mi" y "My Favorite Things" se convirtieron en himnos eternos que resonaron durante generaciones.

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Andrews continuó brillando en películas como Thoroughly Modern Millie (1967) y Darling Lili (1970), demostrando su versatilidad como cantante y actriz dramática durante los años 60 y 70. Sin embargo, a medida que cambiaba el panorama cinematográfico, los musicales empezaron a perder popularidad, lo que llevó a que fueran menos frecuentes en la gran pantalla.

Los Desafíos de la Vida Personal

La vida personal y profesional de Julie Andrews sufrió algunos problemas a finales de los años 70 y principios de los 80. A pesar de seguir actuando en películas, muchas de ellas no tuvieron éxito comercial. Además, en 1997, pasó por uno de los momentos más difíciles de su carrera: una operación de garganta mal realizada que afectó negativamente su capacidad vocal. Aunque la intervención tenía como objetivo eliminar nódulos benignos en sus cuerdas vocales, Andrews no pudo cantar como lo había hecho durante décadas.

Para alguien cuyo instrumento principal era su voz, este cambio fue devastador. Sin embargo, Andrews demostró una vez más su habilidad para cambiar y adaptarse. A pesar de esta pérdida, continuó trabajando en la actuación y se concentró más en papeles dramáticos y en la narración de historias. Además, demostró otra faceta creativa al empezar a escribir libros para niños con su hija.

Una Segunda Juventud

Julie Andrews no se retiró a pesar de que el accidente vocal podría haber puesto fin a su carrera como cantante. A principios de la década del 2000, ganó popularidad gracias a su papel en películas familiares como The Princess Diaries (2001) y The Princess Diaries 2 (2004), en las que interpretó a la reina Clarisse Renaldi. Este papel la presentó a una nueva audiencia que tal vez no la conocía de sus primeros trabajos.

Además, Andrews continuó su trabajo como narrador de películas animadas, prestando su voz para películas como Shrek 2 (2004) y Enchanted (2007). A través de estos proyectos, demostró que su habilidad para interpretar personajes permanecía intacta a pesar de la ausencia de su voz cantada.