A la empresa Antonio Juan S.L., por querer hacer caja con la imagen de la infanta Leonor: un bebé de tan solo trece meses

A casi todas las niñas les gusta jugar con bebés y la industria española se ha ido acomodando a las necesidades del mercado diseñando muñecas que hacen ya casi de todo. Pero ponerle la cara de la infanta Leonor a una de ellas es utilizar una criatura para hacer negocio. Ante todo, es eso: un bebé, que necesita que su intimidad sea salvaguardada. Como futura heredera, el pueblo tiene derecho a verla, a conocerla a través de los medios de comunicación, pero el paso que se ha dado en excesivo. Los fabricantes aseguran que el parecido es pura coincidencia, pero a estas alturas nadie se lo puede creer. El mercado, no obstante, manda y tal es el éxito que ha tenido su venta a través de Internet que hay ediciones limitadas de todo tipo y con todo tipo de gestos. Han sabido aprovechar el tirón de las fechas y sabrán abrir bien la caja para embolsarse casi 70 euros de media por muñeca. Una guindilla para el fabricante sin escrúpulos.

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