Carta al Senado

No es cierto que exista una demanda social en torno a la legalización del aborto libre. Subrepticiamente sí existen intereses larvados nocivos y lesivos que menoscaban la dignidad humana en detrimento de las personas, sobre todo de los que no se les permite tener opinión porque no se les permite nacer. Creo que estamos tensando demasiado la cuerda, y una sociedad tensa es una sociedad abocada al declive y a su autodestrucción.

La esperanza se cifra en ayudar a las madres a tener a sus hijos, máxime si son jóvenes o adolescentes, y si es posible a contar con el apoyo de los padres que en demasiadas ocasiones se les obvia. El lucro desmedido de las clínicas abortivas que puede llegar a permitir la futura ley si es promulgada, deshonra la razón de ser humano que no es compatible con un recto proceder social en aras de edificar una estructura sólida y urdida. No sé en qué está pensando la clase política que aboga por el aborto libre, pero desde luego no se dan cuenta de que está en juego la vida y no algo etéreo con lo que se puede optar. Por tanto, sean responsables, señores senadores, pues ustedes han tenido una madre que les ha dejado vivir, y miren hasta donde han llegado. No lo olviden.

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