Homofobia no

Me sorprenden los ataques que está recibiendo el cardenal Cañizares por predicar en una homilía sus convicciones sobre el matrimonio y la familia. Él afirma que un verdadero matrimonio sólo se puede dar entre un hombre y una mujer que se aman y que están abiertos a la generación de nuevas vidas. Esta convicción está afianzada en la fe de muchas religiones, pero tiene un fundamento en la misma naturaleza humana, pues, aun biológicamente, una relación sexual, que sea verdaderamente humana, adquiere su pleno sentido sólo estando una mujer frente a un hombre. Otra cosa es la amistad, el cariño, la ayuda mutua, la complementariedad, que son posibles y convenientes entre personas del mismo sexo.

Muchas personas pensamos que si alguien es feliz con una relación homosexual, allá con su propia decisión, pero que tengan en cuenta que la palabra matrimonio tiene en su raíz la maternidad, y un hombre no fecunda a otro hombre, ni una mujer a otra. Y esto no es homofobia; es una simple verdad de la naturaleza humana de todos los tiempos y de todas las culturas, sean o no católicos.

Por eso me sorprende que los que predican el respeto a su forma de vida y sus opciones sexuales no respeten las convicciones de los que piensan distinto, como el cardenal Cañizares. Hay que evitar la imposición del pensamiento único.