Imitar a García-Margallo
No comparto ni considero acertadas algunas manifestaciones que se han hecho días atrás, desde diversos puntos de España, sobre los catalanes ( parece ser que dirigidas a los incultos que se permiten pitar el himno de una nación). En el fuero interno cada uno es libre de pensar lo que quiera, pero hay que respetar a todos, también a los que a tenor de sus conductas, no se han hecho merecedores de ese respeto.
Por esa razón, aplaudo las decisiones del señor Ministro de Asuntos Exteriores, apartando de sus cargos a las personas que se han expresado al respecto de forma soez o inadecuada. No podía ser de otro modo: es la obligación de un Ministro velar por la buena imagen del país al que sirve.
La conducta del señor García-Margallo contrasta - desgraciadamente - con las maneras de otros gobernantes autonómicos, que lejos de reconvenir comportamientos injuriosos y ultrajantes (me refiero a la inaceptable, reiterada y ya cansina pitada al Himno nacional en Cataluña), miran para otro lado, en lugar de hacer cumplir la ley. Las autoridades catalanas alcanzan un grado sumo de "exquisitez" y delicadeza en lo que a sus valores se refiere, pero no son nada respetuosas - y ni siquiera dignas- con los valores, himnos y banderas que consideran ajenas.
Deberían saber que su proceder es un insulto para los españoles, entre los que también se encuentran ellos, y que su estilo chulesco está dando la razón a aquellos que piensan que no se han hecho acreedores de la consideración que reclaman.
