Nueva Democracia o la Democracia de los nuevos

Algunos creen que la Democracia empieza con ellos. Todo lo viejo es vieja política, no sirve y debe acabar en el cubo de la basura. Un ejemplo de esto es el candidato electo por Burgos, el señor Vila, Miguel Vila (que no Gila), antiguo cámara de televisión que ahora es diputado por Podemos. No tiene relación alguna con Burgos. Y aún así rechaza ser llamado cunero, porque como a el le eligió la gente, eso invalida, dice el, toda acusación relacionada con la política viejuna. Eso sí, viejuna de los últimos 38 años de democracia parlamentaria en España. Conste en acta, señoría.

Podemos para elegir a los candidatos a las listas a Congreso hizo una lista "nacional". Si, los que hablan de autodeterminaciónes y todas estas cosas, hicieron lo que algunos del PP, y a su derecha, en C's, UPyD o Vox aspiran y desean, que es la circunscripción electoral única. Que nadie tiene. Y menos en estados complejos, compuestos, y, si, plurinacionales, como el Español. Ni Francia la tiene, ni para las elecciones al Parlamento Europeo. Como tampoco hay en Francia doble vuelta para un cargo que no sea uninominal. Y el de Primer Ministro no lo es. Pues tanto en Francia como en España lo elige la cámara legislativa. Se eligen diputados, y estos eligen al Primer Ministro. O Presidente del Gobierno, nombre oficial en España. Hicieron una votación telemática, y eligieron a los candidatos. Y luego, como en la charcutería, se pedían la vez, por estricto órden de prelación, sobre la circunscripción en la que querían concurrir.

Un diputado cunero es aquél que sin ser de la circunscripción se presenta o lo presentan candidato por una estructura fuertemente jerarquizada y a la francesa, en plan jacobino, es decir, desde las alturas, de lo alto a lo bajo, desde Somosaguas radialmente hacia el resto de las españas. Y en esto, el señor Miguel Vila, en esto de ser diputado cunero lo es tanto como el senador Barcenas con Cantabria. En vez de poner a uno de Burgos o a uno de Cantabria, o como diría Miguel Ángel Revilla a uno de Wiscosin en Wiscosin para senador o congresista, o al menos con una relación fluida, se ha preferido lo contrario. Y buen ejemplo es que el señor Maura, diputado por Bizkaia lleva viviendo años en Madrid y siendo colaborador (profesor asociado) de Pablo Iglesias en la Complutense. E imponiendo su decisión y doblando el espinazo a la organización local de Podemos en Bizkaia y Euskadi. Aunque no haya influido la decisión en las urnas. Pero lo que uno vaya a hacer con el país empieza en como organiza su casa, como estructura y organiza su partido, y eso, debiera ser fundamental a la hora de ver como lo que proyecta hacia el exterior, lo ha proyectado al interior. La forma de ser y de organización del partido como campo de pruebas. Así debiera ser.

Afirmaba esto de que al haber sido elegido por la gente, por su gente, su elección vendría a ser más democrática que la de otros. Dejando de lado la llamada doble vuelta y la democracia foral jeltzale ejercida dentro del Partido Nacionalista Vasco, esta es una historia muy vieja, pues en la revolución francesa ya afirmaban que su legitimidad era completamente nueva y progresista, pues la soberanía recaía en el pueblo, y no en el rey. En muchos, y no en uno sólo. Pero, claro, ahí entra la pregunta de quien es el pueblo. Y en el caso actual de cual es la circunscripción. Porque igual si hacemos una circunscripción mundial, pongamos el caso, para elegir la Asamblea Mundial y al Presidente Mundial, ante un pacto entre chinos e indios, el resto del mundo no tendría nada que hacer en absoluto. Eso le parecería justo al señor Vila y a Podemos? Seguro que no. Porque la democracia no es una persona un voto. Bueno, si, que no se vote más de una vez, y que todas las personas puedan votar. Pero la cosa no es así de pura. Se necesitan correctores. Porque, afortunadamente, no somos todos iguales, y el ser humano nace en comunidad. Y existen derechos individuales y colectivos, indivisibles, como recuerda el artículo 30 de la declaración universal de los derechos humanos de 1948. Es por ello que la democracia ha de conjugar el hecho individual con el hecho territorial. En cualquier lugar en el que la Democracia quiera merecer tal nombre.

Ser demócrata significa reconocer que no se tiene toda la verdad, que entre todos construimos la realidad, respetar los derechos de las mayorías y de las minorías, y asumir, que los que nos precedieron, nuestros mayores, aquellos que lucharon por la democracia, las libertades y un futuro mejor, hicieron cosas a partir de las cuales debemos construir el mañana. No renegar del pasado, no ser adanista, no caer en errores, y tener la humildad de reconocer la verdad tal y como es. Y sobre eso, avanzar en perfeccionar los sistemas de la democracia, pero identificando correctamente, con un buen diagnóstico, los puntos que se pueden mejorar y cuales no. Como por ejemplo despenalizando constitucionalmente el Mandato Imperativo, tan necesario para el funcionamiento de Congreso, Senado y las cámaras autonómicas. Porque el pueblo es sabio, porque no hay que tomarle por tonto, al pueblo no hay que decirle lo que quiere oir, sino aquello que se considera hay que transmitirle. Y que sea el, y no Dios ni la Historia, quien juzgue premiar ese camino, o revocarlo.

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