Recortes, aunque no nos gusten

La crítica situación económica que vive España ha llevado al gobierno a tomar decisiones que buscan responder a la urgencia de una realidad que compromete seriamente el más inmediato futuro de los españoles. Una de las medidas que el gobierno adoptó en julio es la del copago sanitario aplicado a los pensionistas. La medida despertó ampollas pero hoy sabemos que esta dando resultado. A la espera de alguna variación se estima que la medida puede suponer un 20% de ahorro en el gasto farmacéutico.

Cuando el gobierno anunció la medida que establece, además, el pago de un porcentaje de las medicinas en función de la renta algunos gobiernos autonómicos, y agentes sociales y políticos expresaron su rechazo. Sin embargo, pienso, Sr. Director, es la realidad la que obliga a todos los españoles a pensar en la viabilidad del sistema. Las prestaciones de servicios públicos universales en los estados del bienestar se idearon para sociedades jóvenes y de pleno empleo. España hoy tiene una pirámide de población invertida y un desempleo que supera el 24%. La pregunta es como racionalizar el gasto para que la satisfacción de las necesidades humanas esenciales quede asegurada de manera especial para los más débiles. Y algo así no se resuelve con demagogias simplistas sino con argumentos serios acerca de la viabilidad y futuro del sistema. Esperemos que las medidas adoptadas puedan comenzar a dar buenos frutos. Aunque la medida no nos guste, solo de ese modo será posible pensar con serenidad las mejores formulas para el bien común de la sociedad española.

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