Un canto a la paz en Ucrania

Manifestación a favor de Ucrania.

Un nuevo Goliat (Putin) se enfrenta, hace más de un mes, a un pequeño David (Pueblo de Ucrania) quien, como el rey de Israel, poco posee para enfrentarse al poderoso. La historia se repite: el rey David solo contaba con unas pocas piedras y una honda para lanzarlas: “David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro”. Y con ellas venció al todopoderoso gigante Goliat, según relata el texto bíblico de Samuel 17, 49-50. Se repite la historia de la victoria del pequeño frente al grande, del desvalido frente al poderoso. Quizá no vencerán con las armas a los invasores, pero la superioridad moral y el espíritu de un pueblo ucraniano unido y valeroso, que defiende su país a costa de la muerte, de las bombas, de terribles masacres de civiles en ciudades como Mariupol, Bucha, Donbas, etc. El ataque a su soberanía, por parte de un ejército armado por tierra, mar y aire, ya es un capítulo de la historia que aplaudirán con orgullo sus sucesores. El ejército invasor ruso trata de vencer con las armas, devastando ciudades y asesinando con la máxima crueldad, pero no con la razón que es el verdadero apoyo de los ucranianos. La Palabra es la expresión de la racionalidad frente al sinsentido de la fuerza bruta. La ley de la selva frente a la ley de la inteligencia. Quizá por ello la historia de David, golpeando con la piedra en la frente de Goliat es un símbolo del poder de la razón frente al imperio de la fuerza física y tecnológica. 

Callen las armas, abramos nuestros micrófonos a los poetas que nos traen palabras de Paz. Hoy les cedemos la Palabra a tres poetas que, desde diversos enfoques, nos hablan de paz y de la tragedia de la guerra. Dedicamos estos poemas al pueblo de Ucrania y al pueblo ucraniano, como muestra de solidaridad en momentos de tanto sufrimiento.

 

Antonio Machado:

La guerra es el crimen estúpido por excelencia, el único que no puede alcanzar el perdón de Dios ni de los hombres. La guerra está contra la cultura, pues destruye todos los valores espirituales. ¡Señor! La guerra es mala y bárbara; la guerra odiada por las madres, las almas entigrece; mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra? ¿Quién sembrará la espiga que junto amarillece?

 

Gloria Fuertes:

Vídeo del día

Al menos 16 muertos en el incendio de
un centro comercial en China

 

Si todos los políticos se hicieran pacifistas vendría la paz. Que no vuelva a haber otra guerra, pero si la hubiera, ¡Que todos los soldados se declaren en huelga. La libertad no es tener un buen amo, sino no tener ninguno. Mi partido es la Paz. Yo soy su líder. No pido votos, pido botas para los descalzos que todavía hay muchos.

 

Y finalizamos con Dámaso Alonso con un poema sobre Madrid durante la guerra civil española, que bien podríamos sustituir por las numerosas ciudades invadidas y devastadas de Ucrania:


Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.