España se convierte en uno de los principales mercados de juego en el mundo

Con una participación activa de autoridades públicas y privadas, el sector del juego español se ha consolidado como uno de los más estables y prósperos del mundo. Luego de varios años de perfeccionamiento de las normativas de apuestas, España se establece en el mundo postpandemia como una industria pujante y con excelentes resultados.

El país es uno de los que ha regulado la actividad de manera más sólida. Incluso el juego en línea, que en muchos mercados sigue estando en una zona gris, en España obtuvo su legislación hace diez años. Desde entonces, existe una autoridad pública que supervisa la materia y realiza informes de seguimiento periódicos.

El éxito de los casinos online en España

 La crisis del 2020, producto de la pandemia, significó un duro golpe para el sector del entretenimiento. No obstante, las empresas se han recuperado de manera satisfactoria. Así lo reportan los principales casinos que mantienen actividad comercial en España, como los listados en casinosonlineespana.net, pero esta vuelta a la normalidad no se ha dado de modo tan eficiente en otros países.

Una de las áreas que más ha crecido es la del juego en línea. Esta es la sección de la industria que más avanza año tras año, mostrando índices de participación cada vez más grandes en el total de ingresos del sector. A diferencia de otros países, España tiene una institución de supervisión oficial, encargada de tramitar licencias y de realizar evaluaciones trimestrales. Se trata de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), del Ministerio de Consumo.

Además de esta organización, en España existen sellos habilitantes secundarios que pertenecen a entidades extranjeras de control, como la Autoridad de Juego de Malta, la Comisión de Juego de Curação y la Autoridad Regulatoria de Gibraltar. Con todas estas certificaciones, más el aval de auditoras externas que controla la transparencia de los juegos, las plataformas online del país son de las más seguras del mundo.

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En cuanto a los métodos de pago, España está mucho más adelantada que otros mercados. No solo se pueden realizar pagos y extracciones con tarjetas de crédito y débito, sino que también hay otros medios disponibles, como billeteras electrónicas. Las criptomonedas, que hasta el momento no tienen mayor presión fiscal, también son un recurso idóneo para estas plataformas, con gran popularidad en el país.

Uno de los modelos de la Unión Europea

España está entre los países de más alto consumo de apuestas. La media de gasto anual por habitante es de US$418. En Europa, tan solo lo superan algunos mercados que tienen industrias muy arraigadas, como el italiano, el inglés o el finlandés. En Italia, el promedio por año es de US$517; en Finlandia, US$560; en el Reino Unido, las cifras puede representar casi el doble de las de España, al llegar casi a los US$1.000 por año.

Sin embargo, el mercado local presenta algunas características que lo aventajan por sobre los otros gigantes europeos. En el Reino Unido, por ejemplo, se encuentra el mayor caudal de apostadores menores de 21 años. El juego entre jóvenes puede ser problemático y las autoridades españolas lo desalientan. En Finlandia, el problema es el opuesto: la población apostadora es la mayor de 65 años, con lo que se trata de un mercado en potencial decrecimiento.

Fuera de Europa, hay otros gigantes de las apuestas, como Australia, donde se especula que el 80% de los habitantes son jugadores activos. Con una población de poco más que 25 millones de habitantes, este país mueve más del doble que España en juego. Estados Unidos también es una potencia, aunque el juego online está prohibido, con algunas excepciones en ciertos estados, y representa el mayor caudal de juego visto en un solo Estado. México es el mercado más grande de América Latina, pero Brasil, que espera por su regulación efectiva este año, podría superarlo fácilmente si toda su maquinaria comenzara a rodar.

Una estructura institucional consistente

La actividad del juego en España está controlada desde las instituciones que competen al Ministerio de Consumo, excepto por las loterías públicas, que están bajo la autoridad del Ministerio de Hacienda. En colaboración con los institutos de control privados, estas entidades desarrollan los protocolos que deben seguir las empresas del rubro.

La estructura estatal de supervisión es una herramienta indispensable que otros países no han desarrollado. En eso, España se ubica en un muy buen lugar. De hecho, según un estudio de noviembre del año pasado publicado por la Facultad de Derecho de la Universidad de la City de Londres, el país es uno de los modelos en juego responsable.