El pago digital como motor de transformación empresarial

El desarrollo de Internet nos acerca a un mundo global, donde desaparecen por completo las fronteras físicas para impulsar sociedades interconectadas. El tejido empresarial se expande con rapidez y los usuarios se acercan a las empresas a un nivel que era impensable hace tan solo unas décadas.
Por otro lado, los modelos de negocio se transforman con rapidez y los sectores que han apostado sin reparos por la reconversión digital ganan terreno. Las industrias tradicionales resisten, pero también necesitan aplicar profundos cambios estructurales en esta dirección.
Todo ello con el crecimiento económico como plano de fondo, que también adquiere una fuerte vertiente digital con nuevas formas de pago. El objetivo final de la empresa se mantiene intacto, pero los caminos hacia el éxito se han multiplicado de manera exponencial y las herramientas son prácticamente infinitas.

Los modelos de pago digitales funcionan

El modelo de pago digital es una de estas herramientas útiles para las empresas, ya que ha demostrado su eficacia con creces. La expansión de plataformas de pago online se ha convertido en una de las grandes novedades de los últimos años, rediciendo la cantidad de dinero físico en circulación y facilitando cualquier transferencia.
Sin embargo, este mecanismo no es nuevo y lleva implementándose unos cuantos años en distintas industrias. Uno de los ejemplos más llamativos es el del ocio y el entretenimiento digital, que a través de las plataformas de streaming, las aplicaciones de almacenamiento de música o las compañías de iGaming han aplicado una nueva relación con sus usuarios.
Ahora, existe la posibilidad de jugar online sin realizar ingresos previos, acceder a nuevo contenido de forma ilimitada con el pago de una subscripción que se actualiza de forma automática o ampliar un mundo digital con elementos personalizados a través de formatos similares al metaverso.

Un proceso inevitable en España

Este proceso tiene un carácter claramente global y España no es una excepción, aunque nuestro país todavía necesita aplicar cambios estructurales en el ámbito del pago digital. De hecho, uno de los estudios más recientes del Banco de España (BCE) recoge que el 60 % de los ciudadanos todavía utiliza más dinero en efectivo que la tarjeta de crédito.
La seguridad de los formatos físicos impera por una razón relacionada con la edad, aunque los sectores más punteros entre las nuevas generaciones demuestran que este cambio es solo cuestión de tiempo. El modelo online domina en industrias como el cine, la música, los videojuegos; pero su expansión es rápida e imparable.
El pago digital es un motor de la transformación empresarial y las compañías se han volcado hacia este tipo de cambios. Eso sí, este proceso va unido a un cambio de comportamiento por parte de los consumidores y los usuarios digitales, que también se aprovechan de estas ventajas en ámbitos tan dispares como el precio, la comodidad o la cantidad de oferta.