La transformación sostenible de la movilidad urbana comercial

La sostenibilidad en las ciudades tiene en la movilidad comercial uno de sus más importantes desafíos. La necesidad de cuidar el entorno está cada día más presente tanto en la conciencia colectiva como en las políticas y normativas urbanas. Por eso, cada agente implicado en la consecución de unas ciudades libres de contaminación ha de poner su mira y sus esfuerzos en elaborar unos planes medioambientalmente respetuosos. Y en este marco, la actividad comercial y logística es la que más ha de adaptarse y contribuir, pues cada vez son más los vehículos que circulan a este efecto por entornos urbanos, provocando congestiones de tráfico y contaminando el aire.

La problemática está clara: el avance imparable de la movilidad comercial versus la necesidad de mantener unos niveles de contaminación mínimos para la conservación del entorno. No obstante, existen soluciones que no enfrentan ambas tendencias, sino que hacen que vayan de la mano. ¿Y cuáles son? Las enumeramos a continuación.

Transición hacia la electrificación

La primera y más obvia de las medidas a implementar por las empresas a la hora de configurar sus servicios de reparto de manera sostenible es la apuesta por la electrificación de sus flotas. Este aparentemente sencillo acto es uno de los pilares más fundamentales de la transformación de la movilidad urbana. Y es que los vehículos eléctricos son una alternativa no contaminante de suma eficiencia que contribuye en gran medida a la reducción de las emisiones de carbono y al mantenimiento de un aire saludable en las ciudades. No en vano desde las administraciones se promueve este tipo de políticas a través de subsidios o ayudas fiscales.

Los vehículos eléctricos no únicamente contribuyen a la sostenibilidad, sino que, además, aportan otros grandes beneficios a las empresas que deciden formular sus flotas de reparto a partir de los mismos. Hay que tener en cuenta que el ahorro en gastos de utilización y mantenimiento es muy importante. También, estos vehículos hacen que las empresas lleguen de forma más rápida y efectiva a sus clientes, ya que pueden acceder a espacios a los que los de combustión interna no pueden, debido a normativas o restricciones por contaminación en áreas urbanas céntricas.

 
  • Múltiples alternativas gracias a la amplia oferta

La promoción que se está llevando a cabo desde las administraciones para que los negocios creen o renueven sus flotas de reparto a partir de vehículos eléctricos también está favoreciendo a que cada día sean más las opciones a disposición del empresario a la hora de escoger dicho transporte. Y es que los vehículos alternativos eléctricos están al alza, algo que incrementa su oferta. Un ejemplo de ello es la marca española Silence, la cual lleva diseñando, desarrollando y fabricando vehículos eléctricos y packs de batería con tecnología propia desde 2012. Unos vehículos que pueden ser adquiridos tanto en modalidad compra como en renting.

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Optimización de la logística mediante rutas inteligentes

La reducción de los desplazamientos de cualquier ruta comercial también es un aspecto muy significativo a la hora de recortar la contaminación en las ciudades. Para ello, existe tecnología cada día más avanzada que elabora, entre otras cosas, algoritmos de rutas optimizadas. Algo que contribuye de forma directa a lograr una mayor eficiencia en cualquier operación comercial (menores desplazamientos y menores tiempos de entrega), así como a disminuir el tráfico y las emisiones de CO2 que sí producen los trayectos largos y las rutas poco eficientes.

Potenciación de vehículos alternativos no contaminantes

En zonas urbanas, caracterizadas por las constantes congestiones de tráfico y por la difícil circulación, una estrategia de éxito para cualquier negocio puede ser recurrir a vehículos sostenibles de pequeño tamaño especialmente diseñados para el reparto de última milla. Ejemplo de ello pueden ser las bicicletas eléctricas, los triciclos de carga con pedaleo asistido e incluso cuadriciclos eléctricos o las clásicas motos eléctricas. Este tipo de vehículos son ideales para entregas locales ya que pueden sortear el tráfico, acceder a todo tipo de espacios y llegar de forma más rápida y eficiente al cliente final, todo ello contribuyendo a la reducción de la contaminación.

Está claro que el mundo se encuentra en plena toma de conciencia sostenible, en pleno cambio. Así, las empresas han de ir de la mano de esta transformación, incluso ser sus precursoras. En este punto, la movilidad urbana comercial sostenible es uno de los pasos hacia un planeta más sano que todas deberán dar tarde o temprano.