AHORA. Pedro Sánchez ya negocia la quinta prorroga de un mes

Pedro Sánchez el 10 de mayo de 2020

Pedro Sánchez ha activado todos los resortes en el Gobierno y en el PSOE para conseguir, el próximo miércoles, la autorización del Congreso a la quinta y más larga prórroga del estado de alarma.

Esta vez la intención, no confirmada oficialmente, es prolongar el confinamiento general de la población y el mando único por un mes, hasta finales de junio. 

Los recelos frente a esta propuesta son muchos. Ciudadanos, ERC y Compromís son los primeros destinatarios de la ofensiva negociadora del Ejecutivo.

De los 321 apoyos conseguidos en la primera prórroga, el 25 de marzo, se pasó a 270 en la segunda, el 9 de abril; a 269, en la tercera, el 22 de abril y a sólo 178 en la cuarta, el pasado 6 de mayo.

En paralelo, los votos en contra han ido creciendo y con vistas a la cita del próximo miércoles podrían crecer hasta superar el número de respaldos e incluso a sobrepasar el listón de la mayoría absoluta.

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Ciudadanos, ERC y Compromís han sido los primeros objetivos. Sánchez pretende apuntalar a su favor los 10 escaños liderados por Inés Arrimadas; atraer de nuevo a su bloque de aliados a los 13 republicanos catalanes e impedir la fuga del único escaño que ocupa Compromís, un socio tradicional que ahora se siente menospreciado.

Se trata de un total de 24 votos capaces de desequilibrar la balanza y dar al traste con los planes del Gobierno. Son votos que basculan y que sólo están dispuestos a respaldar la nueva prórroga si Sánchez acepta sus condiciones. Son votos que, en caso de optar por alistarse en el bloque consolidado del no, tumbarían la propuesta del Ejecutivo.

ERC, una de las fuerzas clave que ya en la pasada prórroga decidió pasar de la abstención al no, ha visto cómo desde la semana pasada las llamadas del Gobierno y del PSOE se han sucedido. Carmen Calvo, Adriana Lastra, Salvador Illa han redoblado esfuerzos en una maniobra de acercamiento. Gabriel Rufián lo admite pero se mantiene receloso.

En su partido las posiciones están divididas entre quienes apuestan por estrechar la mano de Sánchez y los que prefieren rechazarla. ERC, además, no puede desligarse de las presiones de su socio en el Govern, JxCat, situado abiertamente en el no.