El Gobierno no cede a la presión y se da una semana antes de valorar el confinamiento domiciliario

Rechaza la solicitud de varias autonomías de un segundo encierro de la población en casa hasta evaluar el impacto del nuevo estado de alarma

El Gobierno esperará una semana para decidir si endurece las medidas de limitación de la movilidad, pese a que algunos presidentes autonómicos están pidiendo ya poder decretar un confinamiento domiciliario, más laxo que el de marzo, pero que reduzca al mínimo las salidas de casa.

La portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, ha reconocido este martes que "se sigue registrando un aumento de contagios". Aun así, la tesis es que se necesitan unos días más para saber si el plan desplegado en el nuevo estado de alarma, que incluye un toque de queda y el cierre perimetral de la mayoría de las autonomías, está funcionando. "Los datos de hoy corresponden a la situación de hace una semana", asegura.

En siete días el Gobierno podrá testarlo y será en ese momento cuando valorará si hacen falta medidas "más contundentes".

Es "pronto", ha dicho Montero, para evaluar el impacto de este nuevo estado de alarma. Esta postura, que el Ejecutivo ya había exhibido en las últimas horas y que la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, ha reiterado horas antes, supone un rechazo claro a la solicitud de varias regiones de una nueva reclusión de los españoles en sus hogares, que sólo se podría abandonar para actividades esenciales y para acudir al trabajo o a la escuela. 

 

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