Sánchez prohíbe aprobar en Consejo de Ministros leyes que no tengan el respaldo de los socios

Pretende gobernar año y medio llevando al Congreso solo asuntos que tengan el apoyo de la mayoría y así ‘camuflar’ su debilidad parlamentaria

Yolanda Díaz, Pilar Alegría, Félix Bolaños y Mónica García.
  1. Los ministros tienen que negociar
  2. Influencia de la campaña del 9-J
  3. Gobernar año y medio sin ciclo electoral
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Palacio de la Moncloa.

Los revolcones en el Congreso con la ley contra el proxenetismo y la del suelo han agitado al Gobierno y al PSOE. Ni sus aliados nacionalistas ni Sumar apoyaron las medidas. Por eso, Pedro Sánchez ha prohibido, tras ese varapalo parlamentario, aprobar en el Consejo de Ministros leyes que no estén atadas por el apoyo de los socios.

Moncloa asume desde hace tiempo que, aunque tiene votos suficientes en el Congreso, no resulta fácil convivir con las exigencias de Carles Puigdemont, y tampoco poner de acuerdo al heterogéneo grupo de partidos que apoyan al Gobierno de coalición PSOE-Sumar, que incluyen formaciones como PNV y Junts, situadas más a la derecha. 

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes con acceso a La Moncloa, Pedro Sánchez ha decidido cambiar la dinámica interna del Gobierno. El presidente y Yolanda Díaz han acordado que, una vez superado el 9-J, no se elevará nada al Consejo de Ministros si no cuenta previamente con los votos necesarios para ser después aprobado en el Congreso.

Los ministros tienen que negociar

Los ministros han recibido la instrucción del presidente de negociar directamente con los socios, con el fin de que no se repita lo que sucedió con el primer real decreto-ley caído esta legislatura.

Esa norma formaba parte de un paquete de tres, que hubo que negociar de manera agónica con Junts y, en parte, con Podemos. La falta de coordinación entre el PSOE y Sumar, a la hora de afrontar las conversaciones, contribuyó a la derrota parlamentaria. 

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Tal y cómo contó entonces ECD, Pedro Sánchez culpó a la vicepresidenta Yolanda Díaz de no haber sido capaz de controlar a los morados, ante lo cual Moncloa asumió la interlocución con Irene Montero y Ione Belarra. Lo hizo, en concreto, el ‘superministro’ Félix Bolaños.

Influencia de la campaña del 9-J

No se pasa por alto ahora que el varapalo sufrido con la ley contra el proxenetismo y con la del suelo fue propiciado porque la votación de las enmiendas a la totalidad -presentadas por sus propios socios, Junts, ERC y Podemos- se produjo coincidiendo con el comienzo de la campaña de las elecciones europeas

Esa circunstancia indujo a Sumar a anunciar que las respaldaría, ante el temor de un mal resultado el 9-J. “Están muy preocupados”, señalaban fuentes socialistas, porque los de Yolanda Díaz pensaban que Podemos “iba a desaparecer” pero en las encuestas aparecían muy igualados. “Quieren distanciarse a toda costa de nosotros”, destacaban.

Si embargo, ahora no hay elecciones a la vista, hasta las andaluzas de junio de 2026, lo que no influirá en la posición de los partidos. 

Por otro lado, se tiene en cuenta que, si hay leyes técnicas que se pretenden sacar con el PP y prácticamente solo con el PP, como pasaba con la Ley del Suelo, la orden de Moncloa es que las impulsen los grupos parlamentarios y no el Consejo de Ministros.

Gobernar año y medio sin ciclo electoral

Diversos miembros del Gobierno y del PSOE consultados por Confidencial Digital afirman que las elecciones realmente importantes, las que tenían consecuencias políticas de fondo, fueron las catalanas.

Y comentan que el resultado fue extraordinario: Salvador Illa llegó a 42 escaños y el independentismo se quedó muy lejos de sumar mayoría. Destacan que “eran los dos grandes objetivos de Sánchez”.

Ese escenario, defienden, le da a Pedro Sánchez y a su equipo un aval político tan fuerte que la derrota en las europeas no impide que la legislatura se consolide y el presidente pueda tener varios meses de calma por delante, siempre que Junts y ERC, sus dos aliados imprescindibles, no decidan salirse de la mayoría o imposibilitar la aprobación de los Presupuestos de 2025 a finales de este año.

El debate interno abierto en ERC es lo que más preocupa en este sentido, pero en La Moncloa confían en que la mayoría aguantará.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión plenaria, en el Congreso de los Diputados.