Pazo de Vilane: la inspiración de una mujer que ha levantado una empresa pionera en la producción del huevo campero

Nuria Varela-Portas convirtió su finca en ruinas de una aldea de Lugo en una empresa sostenible que impulsa la economía rural

Pazo de Vilane: la inspiración de una mujer que ha levantado una empresa pionera en la producción del huevo campero

La historia de Nuria Varela-Portas es un ejemplo de inspiración y superación. Proyectó su sueño en la finca familiar que acumulaba décadas de parón productivo, Pazo de Vilane, situada en la comarca de Antas de Ulla en Lugo. Con tesón e ilusión, ha levantado una empresa pionera en España en la elaboración de un producto único: el huevo campero. Comenzó con 50 gallinas y ahora tienen 220.000 Y ha obtenido reconocimiento internacional.

El campo tiene futuro

Nuria nació en Lugo en 1969. Sus padres se trasladaron a Madrid cuando era niña. Estudió en la capital, cursó la carrera de Económicas y Ciencias Empresariales y se fue a Inglaterra a trabajar. Allí se dio cuenta que no le iban las grandes ciudades y que su sueño era explotar la pequeña finca que tenían, Pazo de Vilane. ¿Qué hacer con ella, qué modelo de negocio sería el más adecuado?

En su mente rondaba la idea de que el campo debía seguir teniendo futuro, ser fuente de producción y de empleo para los vecinos de las comarcas. Impulsar la economía local y poner en valor el medio rural con un modelo de trabajo sostenible y medioambiental. “Así que escribí a mis padres una carta muy sincera relatándoles mis ilusiones. Debíamos volver a Galicia y reactivar la finca”, explica Nuria a Confidencial Digital.

Sus padres recibieron esta carta con sorpresa y entusiasmo. El vínculo que tenían todos ellos con Pazo de Vilane era muy fuerte. Allí pasaban los veranos en familia, con tíos y primos. Explotar la finca era su sueño. Y en el año 96 regresaron a Galicia.

Un producto demandado y poco explotado: el huevo campero

El proyecto Pazo de Vilane nació a finales de los años 90 cuando la familia Varela-Portas regresó desde Madrid a su antiguo pazo agrícola familiar -data del siglo XVIII- en Antas de Ulla (Lugo), con el fin de devolverle su antiguo esplendor y sacarlo del abandono tras décadas de parón productivo.

Al principio pensaron en rehabilitar la casa para el turismo rural, pero llegaron a la conclusión que no era un objetivo viable. “Mis padres lo tenían claro: el agroturismo era el modelo a seguir y con futuro”, explica Nuria.

Por lo tanto, comenzaron con un ejercicio de observación: ¿qué necesitaba la comarca? ¿Podrían levantar un negocio que revitalizara la zona y diera empleo a los vecinos con un producto único? “Es frecuente que en los pueblos de Galicia se celebren ferias y se pongan mercadillos para vender productos. Uno de los que tenía más demanda y estaba poco explorado era el huevo casero, el huevo campero, criando gallinas en libertad”.

De 50 gallinas a 220.000          

Así que estudió un curso para especializarse en gestión agropecuaria. El arranque y los primeros años no fueron fáciles. “Al comenzar el negocio era la granjera, la comercial, la contable y la vendedora puerta a puerta con la ayuda de mis padres”. Pero su dedicación, esfuerzo e ilusión fue recompensada.

“Empezamos con 50 gallinas y ahora tenemos 220.000, con una facturación de diez millones de euros al año”. Así, han levantado Pazo de Vilane, una empresa familiar formada por sus hermanos y sus padres hasta su fallecimiento. Hoy cuentan con más de 50 empleados.

Así, en 1996 introdujeron en el mercado español un concepto nuevo: la venta de huevos camperos de gallinas criadas en libertad. Nuria lo relata de esta manera: “Fuimos pioneros y nos adelantamos a lo que hoy está ocurriendo: la imparable tendencia a lo ecosostenible. Desde entonces no hemos dejado de innovar en este tipo de cría y de preocuparnos por la calidad y la mejora en la calidad de las gallinas”.

“No fabricamos huevos, cuidamos gallinas”

Las gallinas camperas siempre han sido la razón de ser de Pazo de Vilane. “Desde nuestros inicios defendimos su cría en libertad porque es un factor indispensable para su calidad de vida y óptimo desarrollo”, explica Nuria.

Y es que no puede haber bienestar animal en gallinas camperas si no se respetan sus instintos, ritmos y naturaleza, y estos únicamente pueden expresarse completamente al aire libre; es decir, correteando, picoteando, respirando aire puro y pastoreando en los inmejorables pastos gallegos, siempre verdes los 365 días del año. 

Pero además, y como factor innegociable, Pazo de Vilane se concentra en mejorar constantemente otro gran pilar de la crianza de gallinas camperas: una alimentación de la máxima calidad (la más alta disponible en el mercado) con una fórmula exclusiva de Pazo de Vilane basada en cereales y leguminosas. 

Un modelo de negocio sostenible

Su modelo de negocio es gestionar pequeñas granjas, sostenibles, con una clara apuesta por la vuelta a los sabores de antes: un retorno a los orígenes y a lo natural.

Cada granja cría entre 3.000 a 7.000 gallinas en libertad que proporciona un huevo campero único y exclusivo. Este modelo de negocio da empleo a los vecinos de la zona.

“El huevo campero es un producto muy versátil. Se puede utilizar en muchas recetas y su sabor es especial. Criar gallinas camperas es mucho más que un oficio; es casi un arte. Se necesitan muchos años de dedicación y experiencia acumulada para cuidar con el máximo bienestar a estas aves que tanto nos devuelven a cambio. Lo importante es el bienestar animal”, expresa Nuria.

16 granjas

En la actualidad, y después de casi 30 años, tiene un único modelo de negocio formado por 5 granjas propias en Pazo de Vilane con unas 7.000 gallinas en libertad cada una. Además, integran a otras 11 fincas de distintos propietarios a los que asesoran en la crianza de las gallinas en libertad y que cumplen los mismos protocolos de bienestar animal y procedimientos de calidad que las propias.

No compran huevo a otras empresas ajenas a Pazo de Vilane, y toda su producción se vende tanto en pequeñas tiendas como en grandes superficies.

¿Cuál es el secreto de tener éxito para levantar una pequeña empresa? “Tener una buena idea, perspectiva y conseguir un producto que se diferencie de los demás. Poner mucho trabajo e ilusión, y rodearte de un buen equipo”, sostiene esta empresaria.

Entre otros reconocimientos ha recibido el premio al Proyecto Empresarial que otorga el Clúster Alimentario de Galicia y el premio al Mejor Modelo Productivo Sostenible y Comprometido con el Bienestar Animal 2024 de los premios Excelencia del diario La Razón.

Respeto a las personas, el medio ambiente y a los animales

“El respeto por las personas, por el medio ambiente y por los animales. Estos son los valores de nuestra empresa. Además, el amor a la tierra, a nuestras raíces, el pensar que una manera de vivir distinta es posible, que no todo está en las ciudades y que se puede crear riqueza y emprender en muchísimos sitios. Y que se puede innovar haciendo huevos, como hacemos nosotros, porque la innovación está en la tecnología, pero sobre todo está en nuestro pensamiento, en nuestra creatividad como seres humanos, en nuestra manera de proyectar cosas casi imposibles”, fueron sus palabras cuando recogió el premio al Mejor Modelo Productivo Sostenible.

Así es Pazo de Vilane, una empresa que nació de la nada con 50 gallinas y una única granja en 1996 y que hoy día sigue siendo una pyme, pero ya cuenta con 16 granjas, 50 trabajadores y llega a más de 1.800 puntos de venta repartidos por toda España; sin perder, eso sí, la esencia de sus valores iniciales.