La nota de la EVAU, según los expertos: “75% estudiar y 25% manejar ansiedad”
Los expertos destacan la importancia que juega la mentalidad en las pruebas de acceso a la universidad y cómo afrontarlo
Enfrentarse a un examen siempre produce nervios, sobre todo si está en juego qué estudios universitarios cursar y la posterior carrera profesional. Enfrentarse a la Evaluación de Acceso a la Universidad (EVAU) al acabar 2º de Bachillerato causa miedo en los alumnos, por lo que el manejo de los nervios constituye una parte muy importante de este proceso.
La psicóloga Ana Luque Ruiz y el psicólogo infanto-juvenil y Director de Domínguez Psicólogos Abel Domínguez explican a Confidencial Digital el impacto de estas emociones durante esos tres días de lo que antes se conocía como Selectividad, cómo afrontarlos.
El conocimiento no es lo único que juega una parte en los resultados, la mentalidad y expectativas del alumnos también son importantes. Domínguez destaca lo mismo que a sus pacientes: “El resultado del examen será un 75% los materiales que lleven preparados, pero hay un 25%, muy importante, que será cómo manejan la ansiedad y el estrés”.
Ana Luque Ruiz hace hincapié en que cada estudiante percibe este examen de manera diferente lo que muchas veces determina los niveles de estrés o ansiedad.
Miedo a decepcionar
“Algunos temas recurrentes que se tratan en consulta son miedos relacionados con el futuro, dudas acerca de sus decisiones, miedo a decepcionar a otros…”, cuenta la psicóloga.
Aunque se suele considerar el estrés algo normal en la vida, repercute en el autoestima de muchas personas, a las que hace pensar que no son capaces de afrontar sus retos, y eso tiene consecuencias en numerosos ámbitos de la vida diaria.
El impacto psicológico de la Evaluación de Acceso a la Universidad se traduce en síntomas como “insomnio, sudoración en las manos, nudo en la garganta. angustia, dolor en el pecho, malas digestiones, cierre del apetito o incluso aislamiento más de lo esperable o lo deseado”, desgrana Abel Domínguez.
Fobia a los exámenes
El estrés y la ansiedad mal gestionados causan varios síntomas que pueden perdurar a lo largo del tiempo. La famosa “mente en blanco” o el “bloqueo” son un ejemplo de ello, al igual que trastornos de angustias o pánico e incluso “hay casos de fobias por los exámenes”, señala este psicólogo infanto-juvenil.
El mismo experto recomienda “relativizar” la importancia de este examen: “Es un examen importante, hay que prepararnos lo mejor que podamos, pero debemos darle la importancia justa que tiene”.
Una fuente de estrés y de presión en estas situaciones es el constante pensamiento de que son lo único determinante para el futuro profesional y académico. “Para la EVAU y para cualquier cosa en la vida yo creo que hay que tener un Plan B”, aconseja el psicólogo. Volverse a presentar, elegir otras carreras que también interesen o buscar una universidad privada.
Una prueba de madurez emocional
La EVAU, más que un examen meramente académico, según Domínguez es “una prueba de madurez emocional, de gestión del estudio, del trabajo, de constancia y de organización mental, todo eso se transmite a la hora de rellenar un examen de EVAU y eso se enfrentan estos chavales”. Es un examen de entrada a la universidad y a la vida adulta muy demandante, y según Luque Ruiz “requiere demostrar una variedad de habilidades, desde la memorización hasta el pensamiento crítico”.
Procesar todas las emociones que preceden a un gran examen es difícil, por eso los mayores también tienen un papel que jugar en esta situación. “Los padres pueden llegar a ser los garantes de que estos jóvenes mantengan sus hábitos saludables durante esos días”, subraya Domínguez, refiriéndose a los hábitos de comida, sueño y descanso. Luque Ruiz también comenta que el papel de los padres y familiares es esencial en estos momentos: “Que validen los sentimientos de sus hijos, escuchen sus miedos, dudas y necesidades y muestren comprensión sobre cómo se sienten sin juzgar”.
Según Domínguez los padres deben tomar un papel “incondicional” y de “relativizar” la importancia de esta oportunidad, “una oportunidad que se puede repetir para el año que viene o incluso en la repesca", por lo que "pueden ser una buena estructura emocional y logística para los chicos”.
En determinados puntos sienten que no llegan o se sienten sobrepasados, pero en definitiva, prácticamente la mayoría consiguen pasar por este mal trago”, comenta Domínguez e incluso, cuando la niebla de los nervios se desvanece, prosigue el psicólogo “logran salir incluso con la sensación de estar reforzados, tanto en autoestima como en eficacia, por haber conseguido algo realmente complicado”.
