Este no es mi Pablo Iglesias

Una conocida frase castiza castellana proclama: "Este no es mi don Juan, que me lo han cambiado".

Es lo que me vino a la mente ayer respecto al líder de Podemos, entrevistado por Carlos Herrera en la COPE: Este no es mi Pablo Iglesias.

El personaje que respondió a las preguntas de Herrera tenía muy poco que ver con los ex abruptos, radicalismos y excesos que vimos en el anterior Pablo Iglesias, el que lanzó Podemos, arremetió contra la casta, movilizó las calles y casi propuso la revolución.

El actual Iglesias, no solamente ya no tiene envidia de la democracia venezolana ni desea que se implante en España, sino que no quiere hablar más de aquel país. Sobre la condena a 13 años al opositor Leopoldo López, lamentó que alguien acabe en la cárcel por defender sus ideas, e incluso discrepó de la posición dura que, sobre este asunto, mantiene su ex amigo Juan Carlos Monedero.

A pesar de las constantes evasivas, para eludir respuestas concretas en casi todos los asuntos, sin embargo sí quedaron claras algunas cosas. No está por la independencia de Cataluña ("no quiero que Cataluña se vaya de España"), respeta el himno nacional, elogios y coincidencias con el Papa Francisco, ninguna crítica especial a la valla anti-emigrantes levantada en Melilla... Por supuesto, se retractó de sus críticas a la existencia de medios de comunicación privados, afirmando que, cuantos más existan, mejor.

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Hasta se mostró dispuesto a sentarse con Mariano Rajoy, si se abriera un proceso para firmar un gran acuerdo nacional entre las cuatro principales fuerzas políticas, es decir, PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos.

La clave del 'nuevo' Pablo Iglesias se esconde en esta frase suya: "Antes, cuando solo era un profesor, me podía permitir la ironía y las palabras duras; ahora, no".

Analizando sus afirmaciones, en el líder de Podemos se ha producido un evidente cambio. Tanto, que ya no produce miedo, como ocurría en el pasado. Es una evolución en busca de votos por todas partes, desde el comunismo al socialismo, desde el ecologismo y los animalistas hasta los jubilados y las amas de casa y, por supuesto, en la derecha.

La incógnita, por otro lado razonable, es si asistimos a un simple cambio exterior, a un maquillaje oportunista, y los viejos eslóganes siguen vivos aunque escondidos, formando parte del modelo de país y de sociedad que implantaría si llega a gobernar. Eso sólo lo sabremos si gobierna. El problema es que entonces resultará ya demasiado tarde.

Por cierto, que la frase castellana completa dice así: "Este no es mi Juan, que me lo han cambiado. Aquel tenía pelo y este está pelao". Lo de pelao no es, por supuesto, de aplicación a Pablo Iglesias. Al menos de momento, porque si le hiciera falta raparse para conquistar más votos, a lo mejor hasta lo hace.

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