José Apezarena

Viva el rey

La proclamación de don Juan Carlos como rey de España, en 1975, quedó subrayada en las Cortes con un ¡Viva el rey!, que corearon todos los procuradores presentes.

Estas últimas semanas ha reverdecido en las calles y plazas de España ese mismo grito que prácticamente había desaparecido. El trasfondo es la reacción popular, positiva, ante la decisión de don Juan Carlos de abandonar voluntariamente el trono.

Se escuchó con nitidez al día siguiente del anuncio de abdicación, en el acto celebrado en El Escorial con ocasión del capítulo de la orden de San Hermenegildo, al que acudieron juntos don Juan Carlos y el príncipe. Numerosas personas se congregaron espontáneamente en las inmediaciones del monasterio y fue entonces cuando se lanzaron esos vivas renacidos.

Se volvieron a producir ayer por la tarde, en el Plaza de Oriente, durante la ceremonia de sanción y promulgación de la ley orgánica de abdicación por parte de don Juan Carlos y el presidente del Gobierno, por parte de la gente que se congregó en el exterior.

Pienso que el gesto de don Juan Carlos está siendo apreciado como se merece por los ciudadanos. Una primera prueba más es que, según las encuestas, desde entonces su valoración ha subido diez puntos.

El ¡Viva el rey! sonará también esta mañana en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo, con lo que aquella imagen de hace casi cuarenta años se repetirá, pero esta vez en la persona de un nuevo monarca, Felipe VI. Son gestos simbólicos que es bueno que se mantengan.

Y, muy posiblemente, Felipe VI lo escuchará durante los viajes que planea realizará este verano por toda España, junto con la reina Letizia, para 'presentarse' en directo y en persona como nuevo rey ante los españoles.

Ese viejo grito ¡Viva el rey! ha vuelto. ¿Para quedarse?

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Twitter: @JoseApezarena

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