Que se adelanten los telediarios

Los españoles hemos consolidado un intenso hábito de nocturnidad, que contrasta con lo que ocurre en casi todos los demás países europeos. Para comprobar la diferencia, bastaría con intentar cenar en un restaurante de Francia pasadas las ocho de la tarde.

La realidad de un clima mucho más benigno que el de las naciones del centro y norte de Europa, la tradición de la tertulia, la costumbre de salir a tomar unas copas, la cena tardía... son factores que contribuyen a profundizar aún más ese hábito trasnochador.

A ello se han apuntado desde siempre las televisiones, que reservan para las horas tardías sus mejores espacios, configurando así un prime time ubicado entre las 10,30 y las 12 de la noche, auténticamente prohibitivo si se piensa en nuestros vecinos.

Esa programación de noche comienza con los informativos, los telediarios, que inauguran el tiempo nocturno.

La ministra de Sanidad acaba de lanzar la propuesta de que las cadenas adelanten la emisión de los noticieros, para que las películas y las series acaben una hora antes de lo que ahora ocurre, o sea, en torno a las 11 de la noche. Uno de los argumentos es favorecer la conciliación familiar.

Cree Ana Mato que ese adelanto ayudaría a corregir los horarios. Y tal vez pudiera ser así. Lo que pasa es que las televisiones han respondido, con bastante sentido común, devolviéndole la pelota: que los espectadores cambien sus hábitos, y entonces ellas adelantarán la programación estelar.

Seguramente la propuesta acabará en nada. Pero al menos abre de nuevo el debate sobre la conveniencia o no de continuar con el 'horario español'. Bastante irracional aparentemente, pero que, por lo visto, a nosotros tampoco nos disgusta demasiado.

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