Las angustias del candidato Pedro Sánchez

La zozobra que le ha entrado a Pedro Sánchez desde que Mariano practicara el 'pasapalabra' y le colocara en el dilema de someterse a la investidura, no hace sino aumentar la sensación de desgobierno y caos que se emiten últimamente desde los ámbitos del partido socialista.

La dirección nacional, que encabeza Sánchez, y los órganos federales del partido, llevan semanas sumidos en la confusión y el desconcierto. Primero, por si había que celebrar o no el congreso en las fechas previstas, cosa que finalmente se ha descartado con el argumento de que todavía no hay Gobierno. Será "en primavera".

Después, con la convocatoria o no del comité federal, máximo órgano entre congresos, para este 30 de enero, y también con las condiciones que los barones quieren imponer al secretario general respecto a los pactos de gobierno: con quién los firma, pero sobre todo con qué contenidos. Se ha sabido que un objetivo prioritario se centra en plantearle como tope la garantía de la unidad de España.

Y se han públicado discrepancias a propósito de quién manda o no en el PSOE precisamente respecto a ese proyecto, los pactos de gobierno con otros partidos. Desde el equipo de Pedro Sánchez se llegó a afirmar que las decisiones corresponden al secretario general y su ejecutiva, que es quien tiene la iniciativa plena, mientras que los órganos superiores deben limitarse a refrendar.

En esa línea, este lunes, el número dos, César Luena, afirmó por la mañana que no compete al comité federal el debate y aprobación de las alianzas. Y por la tarde tuvo que desmentirle el propio Pedro Sánchez, reconociendo que la última palabra corresponde al comité federal. Es que así lo dicen, expresa e inequívocamente, los estatutos del partido.

Las desazones de fondo en el PSOE provienen, sin duda, de la negativa coyuntura provocada por su mal resultado de las generales: esos noventa diputados son el record, pero por debajo. También por la determinación del actual líder, dispuesto a llegar a La Moncloa como sea y pasando por encima de lo que haga falta. Y, por supuesto, debido a las supuestas conspiraciones internas para bajarle del machito, en las que siempre aparecen la líder andaluza, Susana Díaz, y sus aspiraciones a dar el salto a la política nacional.

Desde luego, por liderazgo y cohesión interna, el PSOE ha vivido tiempos bastante mejores.

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