José Apezarena

Papá Sánchez nos va a cuidar

El candidato del PSOE a la Presidencia de la Junta, Emiliano García-Page, y el secretario general del partido, Pedro Sánchez, en Puertollano.
Emiliano García-Page y Pedro Sánchez, en Puertollano.

Pedro Sánchez no tiene muy buen concepto de la capacidad de los españoles. Al menos en lo relativo a que los medios de comunicación les engañen.

Dice el presidente del Gobierno que, según sus datos, al 86% de los ciudadanos les cuesta discernir entre las noticias falsas y las que no lo son. Resumiendo, ocho (casi nueve) de cada diez se muestran incapaces de darse cuenta de que les están manipulando.

Así que, resumiendo, tiene la convicción de que, como colectivo social, los españoles somos débiles mentales, o poco menos.

Puso ejemplos sobre la credulidad. Según él, “los bulos han hecho que el 34% de los ciudadanos tema que alguien okupe su casa; que la gente crea que el número de inmigrantes sea el doble de lo que es en realidad, que vacunar a los niños es malo, o que el cambio climático no está causado por el ser humano".

Y ha decidido protegernos. Papá Sánchez.

Por ejemplo, va a dedicar 100 millones de euros a la digitalización de los medios. Se sobreentiende que se trata de los medios amigos. Y actuará sobre la propiedad, la publicidad (la que maneja el Estado) y la audiencia de los medios. Se supone que de los medios no amigos.

Sostiene el presidente que las noticia falsas “están directamente ligadas con el voto a la ultraderecha”. Afirma que se trata de un vínculo probado.

Pues no tendría que mostrarse muy inquieto, pienso yo, porque tampoco le va tan bien a la derecha, electoralmente hablado. La prueba es que él llegó a La Moncloa hace seis años y ahí sigue.

Proclama Sánchez, en fin, que la democracia está en peligro y que hay que “defenderla”. Para ello, se ha propuesto un objetivo: que el ciudadano pueda “discernir entre la verdad y la mentira” y así dar cumplimiento al derecho a la información veraz que recoge la Carta Magna.

 

Lo afirmó en el discurso ante el Congreso en el que anunció un programa de acción que “proteja la democracia”. Lo que ha venido en llamar “plan de regeneración democrática”.

Lo chocante es que hasta ahora, después de seis años gobernando, en los que, por cierto, no le ha ido tan mal con esa supuesta debilidad mental de la ciudadanía, hasta ahora, digo, no había caído en la cuenta de la extrema gravedad del problema

Se cayó del guindo durante los cinco días de reflexión en los que amagó con presentar la dimisión tras haber tenido conocimiento de que su esposa, Begoña Gómez, estaba siendo investigada judicialmente por tráfico de influencias y corrupción en los negocios.

O sea, que hasta que su mujer no se ha visto citada por el juez, Sánchez no ha reparado en la grave amenaza para la democracia que suponen los medios. Los no amigos, por supuesto.

Pero no hay que preocuparse. Él se va a encargar de los medios, de ponerles límites, de controlarlos, con el fin de proteger a los ingenuos españoles frente a las amenazas de manipulación que les rodean. Todo ello consecuencia de su evidente debilidad mental como colectivo.

Papá Sánchez se ocupa.

¡Ya estoy más aliviado!

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