RIP por el PSOE

Oriol Junqueras (ERC) y Jordi Turull (Junts) se saludan tras la aprobación de la Ley de Amnistía en el Congreso

El PSOE es un partido con ciento cuarenta y cinco años de existencia. Que ya es decir. Fundado el 1879 por Pablo Iglesias Posse, durante un siglo se definió como de clase obrera, socialista y marxista.

Tras la guerra civil, se vio ilegalizado, sus dirigentes marcharon al exilio, la organización quedó descabezada, y de hecho en el franquismo apenas tuvo actividad de oposición dentro de España. En el Congreso de Suresnes, de 1974, un grupo de jóvenes militantes del interior, con Felipe González a la cabeza, se hizo con el mando.

Cinco años después, en el 22​ Congreso Extraordinario, de 1979, abandonó el marxismo como definición ideológica, se movió hacia el centro, y en las elecciones de 1982 consiguió una rotunda victoria, que lo llevó al Gobierno. Ha gobernado este país durante 27 años: 14 con Felipe González, 7 con Zapatero, y 6 (hasta ahora) con Pedro Sánchez, frente a los 15 del Partido Popular.

Pues bien. Ahora se anuncia que el PSOE ha muerto.

Ese mensaje ya lo lanzó Núñez Feijóo durante la campaña de las municipales y autonómicas de mayo, cuando afirmó: “El PSOE ya no existe, lo ha liquidado Sánchez”. En su lugar ha surgido el “partido sanchista”, un partido únicamente “para defender los intereses de Pedro Sánchez”.

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Pidió el voto a un partido, el PP, que defiende la Constitución, el Estado de las autonomías, la igualdad y la fraternidad de todos los pueblos de España, “porque aquel PSOE que defendía estos valores ya no existe”.

Como resulta evidente, el líder del PP no acertó en su pronóstico. El PSOE no solamente no estaba muerto, sino que en las generales del 23-J aguantó el tirón, mantuvo posiciones, y finalmente Sánchez ha vuelto a gobernar.

Desde entonces, sin embargo, se han producido dos episodios de enorme gravedad. El primero, personal: el fraude, la mentira, el engaño de Pedro Sánchez al país, ocultando que conocía que su mujer, Begoña Gómez, había pasado a la condición de “investigada” por corrupción y tráfico de influencias, y protagonizando el vodevil de su amago de dimisión.

El segundo, ayer, el respaldo del PSOE a la amnistía. Si Lambán protagonizó en el Senado el único signo de rebeldía, absteniéndose en la votación de la ley, en el Congreso ni uno solo de los diputados socialistas rompió la disciplina.

Lo ocurrido ha llevado a no pocos analistas a anunciar que, a la vista de su comportamiento aprobando la amnistía, el PSOE ha muerto. Lo anunció también el líder del PP, diciendo que el Congreso había sido escenario del acta de defunción del PSOE.

¿Ha muerto el PSOE? Veamos. Mientras Pedro Sánchez siga en el Gobierno, se mantendrá en pie, porque lo sostendrá el argumento más poderoso que existe: el poder.

Al actual líder socialista le están tolerando todo, todo, por un único motivo: porque gobierna. Y mientras siga ahí, nadie se atreverá a nada. En mi opinión, para vergüenza de dirigentes y militantes, que tragan y tragarán lo que haga falta.

¿Pagará un día el partido las tropelías que está protagonizando? Muy posiblemente sí. Y el voto a favor de la amnistía puede convertirse en una herida mortal. Pero, de aquí a que se produzca el fallecimiento, si es que se consuma, puede pasar tiempo.

Los partidos socialistas se encuentran prácticamente desaparecidos en países como Italia y Francia. No habría que descartar que ocurra con el PSOE, no obstante sus ciento cuarenta y cinco años de existencia. Para muchos en España, el RIP se lo ha ganado con creces.

editor@elconfidencialdigital.es

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