José Apezarena

Sinvergonzonería en Moncloa

José Antonio Griñán, tras comparecer en la Audiencia de Sevilla

Pedro Sánchez se aupó a La Moncloa con el argumento de la corrupción en el Partido Popular. Mejor dicho, con el supuesto objetivo de castigar esas prácticas y de erradicar, de una vez por todas, tales comportamientos.

Ahora, el presidente del Gobierno que, para salir investido, se envolvió en la aparente lucha contra los chanchullos, se dedica a sacar de la cárcel, como sea, a la colección de personajes que fueron condenado por el mayor caso de corrupción que ha vivido este país, el de los ERE de Andalucía.

Se trata del escándalo por excelencia, dado el volumen de lo traficado (supera los 600 millones), el ámbito de donde se extrajeron (ayudas a los parados), el nivel de los implicados (presidentes de la Junta de Andalucía, consejeros, altos cargos...) y el elevado número de condenados.

Pues bien. El presidente ha echado mano de la esponja y está borrando tal estropicio como si nunca hubiera existido.

Es el mismo procedimiento aplicado a los conspiradores que urdieron el intento de separar Cataluña de España, a estos últimos vía indultos, primero, y amnistía, después.

El borrado del caso ERE’s de Andalucía lo está consiguiendo con la complicidad vergonzosa de la más alta instancia institucional, el tribunal que preside y maneja (manipula) Cándido Conde Pumpido.

El Constitucional ha concedido amparo parcial a unos cuantos ex consejeros de la Junta de Andalucía, socialistas por supuesto, condenados por prevaricación y malversación en el caso de los ERE, lo que supone una rebaja sustancial de sus condenas.

Pedro Sánchez cuenta con que se aplique la misma doctrina al resto de los condenados, entre ellos el ex presidente José Antonio Griñán, condenado a seis años de cárcel por malversación, que tendría que haber entrado en la cárcel pero sigue en la calle, y cuyo recurso de amparo se examinará en dos semanas por el pleno del TC.

Pero, Sánchez ha tomado ya una determinación. Si en el plazo de un par de semanas el TC no anula la condena, Félix Bolaños elevará el expediente al Consejo de Ministros para que Griñán sea indultado antes de las vacaciones de agosto.

 

Los barones del PSOE solicitaron en su día retrasar el indulto hasta después del ciclo electoral que se inició con las municipales y autonómicas y que concluyó con las Europeas del pasado 9 de junio. Alertaron a Moncloa y a Ferraz del “efecto devastador” que tendría en las urnas.

No olvidaban que los indultos a los independentistas del ‘procés’, ratificada en el Consejo de Ministros del 22 de junio de 2021, llevaron al PSOE a la peor marca registrada hasta entonces en unas elecciones.

Sin embargo, el torbellino electoral se ha calmado, y ha llegado el momento de proceder.

El argumentario que repetirán el Gobierno y el PSOE es que los jueces han “constatado” que no se llevó “ni un solo euro, ni para él ni para su partido”. Calificarán de “injusta” la sentencia por el caso de los ERE y considerarán “inocentes” a José Antonio Griñán y Manuel Chaves.

En fin: Griñán a la calle, sí o sí.

Pero, a más a más, el presidente del Gobierno se ha empeñado ahora en tapar como sea el atropello de las actividades económica irregulares de su señora esposa, arremetiendo contra la Justicia como tal, y, por descontado, tratando de cerrar la boca a los medios que todavía se atreven a contarlo.

Y detrás de todas estas fechorías se esconde una caterva de desvergonzados. Cierto es que comandados por el principal, Pedro Sánchez, pero activamente secundados por personajes como Félix Bolaños, el susodicho Cándido Conde-Pumpido, María Jesús Montero, Óscar Puente, Santos Cerdán, etc., etc.

Todo esto es una sinvergonzonería. La Real Academia lo define como “desfachatez, falta de vergüenza”. Y dice que es similar a desvergüenza, descaro, frescura, impudor, inmoralidad.

Mejor no se puede describir.

editor@elconfidencialdigital.es

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