Equivocarse hasta el infinito

Dicen los expertos en afrontar situaciones de crisis, que lo decisivo no es qué ocurre en realidad, sino “qué piensa la gente” que está ocurriendo.

Y, en consecuencia, la toma de medidas para controlar esas situaciones ha de mirar, no a lo que realmente pasa, sino a lo que “parece” que pasa, lo que el público opina  que está pasando.

Mariano Rajoy y su equipo más cercano pueden pensar que no existe ningún descontrol en la gestión del Gobierno, que no hay descoordinación alguna. Y a lo mejor tienen razón.

Igualmente, pueden albergar la convicción de que están acertando con la comunicación, de que la política de información es la adecuada y necesaria. Y a lo mejor tienen razón.

Pero, más allá de esos puntos de vista, la realidad de las cosas es que se ha impuesto en gran parte de este país la sensación, primero, de que este Gobierno se halla desmantelado porque nadie coordina; y de que, segundo, comunica desastrosamente, o más bien no comunica.

Vídeo del día

Detenido en Nerja un prófugo escocés
cuando practicaba calistenia

 

Son tantos los episodios, que no falta quien concluye que van sumando equivocaciones con tanta pertinacia que parece que vayan a alcanzar el infinito.

Ésa es, a mi entender, la realidad. Lo que se aprecia desde fuera.

Y, si el Gobierno no quiere verlo, allá él.

Y si, en consecuencia, no se aplica a cambiar las malas sensaciones que he citado, tiene un grave problema.

Un problema que nos alcanza a todos los ciudadanos, porque este país necesita desesperadamente que el Gobierno lo haga bien.

¡Pónganse a ello, please!

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter: @JoseApezarena