Qué hacemos con Cataluña

Afirma Joan Tardá, el diputado de Esquerra, que el objetivo de la independencia de Cataluña está ya conseguido.

Coincidí con él en ‘Al Rojo Vivo’, el debate de laSexta, el martes, en plena Diada, la jornada de la magna manifestación de Barcelona, y se mostraba eufórico.

Sostiene que han estado trabajando durante muchos años por sustituir el autonomismo por el independentismo y que ya lo han conseguido. Su tesis es que la opción separatista es ya mayoritaria.

Y su argumentación prosigue: si los catalanes decidimos mayoritariamente que dejamos de ser España para convertirnos en un estado independiente, ¿qué va a hacer España? ¿Va invadir militarmente Cataluña?

Con el agravante de que un hipotético (y en mi opinión inviable) envío del Ejército en realidad no es una solución. Se ha repetido muchas veces, y es una realidad, aquello de que sobre las bayonetas no puede sentarse ningún trono.

Vídeo del día

Detenido en Nerja un prófugo escocés
cuando practicaba calistenia

 

He de apuntar que está por ver que realmente la opción independentista triunfe en las urnas. Es decir, resta por comprobar si, en una consulta popular con todas las garantías y vinculable, los catalanes, incluso los que se dicen independentistas, votan de verdad separarse de España. Hay detrás demasiadas incógnitas y obvios perjuicios prácticos.

Una cosa es salir a la calle detrás de su bandera, lanzando gritos pretendidamente patrióticos; una cosa es responder a una encuesta y pronunciarse netamente por la independencia, y otra muy distinta votar para que efectivamente así ocurra.

Aparte de que el lema de la manifestación del martes, presentando a Cataluña como ‘nuevo estado’ dentro de Europa, me parece una utopía irrealizable.

En mi opinión, la Unión Europea no puede permitirse abrir en canal un melón de ese nivel, porque inmediatamente entrarán en crisis territorial estados como Francia, Italia, Alemania, Gran Bretaña… sin olvidar las naciones del Este. En todo ellos existen, más o menos reconocidos, reales y graves problemas independentistas. Europa saltaría en mil pedazos.

De todas formas, la pregunta de Joan Tardá sigue viva: si Cataluña decide democráticamente la independencia de España, ¿qué se hace? ¿Qué hacemos?

Y he de reconocer, y ¡bien que lo siento!, que no tengo una respuesta razonable, viable, a esa hipótesis.

¿La tiene el Gobierno? ¿La tiene alguien?