La nueva vida de Felipe González

Felipe González se está moviendo. Las coordenadas que le han definido en los últimos años se remueven. En lo personal, en lo profesional y hasta en lo político. El ex presidente parece haber iniciado una nueva vida.

La primera novedad, más evidente, es su incorporación al consejo de administración de Gas Natural Fenosa, donde figura ya como consejero independiente. Tal como se contó en estas páginas, en la primera reunión Felipe González se mostró encantado con la tarea que le espera, y comentó que iniciaba una nueva vida, más vinculado a la empresa. Algo, pues, ha cambiado en el diseño existencial del ex jefe de Gobierno.

La segunda han sido sus declaraciones, repetidas, sobre asunto tan vidrioso como el GAL. Comenzó con la entrevista que le hizo ‘El País’, en la que reveló que, estando en La Moncloa, le propusieron la posibilidad de volar a la cúpula de ETA y que, tras pensarlo, dijo que no. No fue una improvisación, no se le calentó la boca, sino quiso decir eso y que apareciera en portada. La prueba es que le enviaron los originales del periódico mucho antes de la publicación.

Pero es que lo ha vuelto a hacer. Esta semana, en ‘Vanity Fair’, ha confesado que, si hubiera podido, habría acabado con los etarras que pusieron los explosivos en ‘Hipercor’. De nuevo el GAL a colación.

¿Qué busca hablando del GAL?

Vídeo del día

Detenido en Nerja un prófugo escocés
cuando practicaba calistenia

 

¿Qué busca Felipe González invocando un asunto que en su día le preocupo mucho, tanto que estuvo a punto de acabar en el banquillo de los acusados?

Se aventuran tres hipótesis. Una, que, dada la grave situación del PSOE y la falta de liderazgo de Zapatero, no descarta optar de nuevo a la presidencia del Gobierno. Y, para impedir que, en ese momento, la cuestión del terrorismo de Estado pueda blandirse contra él, saca ahora el asunto a debate público para intentar amortizarlo.

Otra cábala apunta que González podría saber algo sobre una próxima revelación explosiva a propósito del GAL, que le implicaría directamente, y busca poner la venda antes que la herida. Quiere adelantarse.

Y la última sugiere que el ex presidente se siento molesto con los españoles en general, a los que acusa de no haber ‘comprendido’ lo mucho que en su día hizo para derrotar a ETA, sino que, al contrario, le echan en cara una faceta de esa lucha. Piensa que la sociedad tiene una deuda con él, y pretende saldarla ahora.

Sigue en la política

Personas con alguna cercanía personal relatan que, en realidad, lo que sucede es que González está ya de salida, de vuelta de todo, y que lo importa un rábano hablar de cualquier cosa sin morderse la lengua. Se pone el mundo por montera.

Podría suponerse que su incorporación al mundo de la empresa, como consejero de una energética, conllevaría una cierta retirada de la actividad política directa. No ocurre así. También políticamente se está moviendo Felipe González.

El porqué hay que buscarlo en que algunos viejos militantes, y otros no tan viejos, empiezan a volver la cara hacia el ex presidente, aterrados por las pésimas expectativas electorales que aguardan al partido socialista. No solamente temen una derrota aparatosa en 2012, sino que, como resultado de la catastrófica gestión de Rodríguez Zapatero, el PSOE pagué un precio demasiado caro, del que tarde varios años en recuperarse.

Que no se está quieto lo demuestra, por ejemplo, el discreto almuerzo que celebró el martes, en Madrid, con Javier Solana y con Trinidad Jiménez. La sucesión de Zapatero apareció encima de la mesa, como no podía ser menos.

Un operación ‘Rubalcaba dos’ con Salgado

Esta semana ha sido escenario de otra novedad, publicada por ECD y que vale la pena destacar. Es la noticia de que dirigentes del PSOE empiezan a plantear la conveniencia de quitar a Elena Salgado como responsable de la economía, y sustituirla por un ‘peso pesado’, del ámbito político o del empresarial, que remedie la falta de solvencia que destila la vicepresidenta.

Cada vez sale más veces a la palestra para intentar desmentir algo, corregir un rumor, rectificar un dato, y cada vez se le cree menos. Con lo que el efecto recuperación de confianza no se produce.

Apuestan por una operación ‘Rubalcaba dos”. Es decir, repetir en lo económico lo que se practicó en lo político con la nominación del ministro del interior para una vicepresidencia. Se trataría de poner también en lo económico a alguien que, con su sola presencia, ofrezca garantías de que las medidas que se están tomando, y las que se tomarán, remediaran el derrumbe económico de España. Porque a Elena Salgado nadie le cree.

Y la economía es un estado de ánimo…