La princesa Letizia se equivoca

Por su pasada profesión de periodista, a la princesa Letizia habría que pedirle mayor afinamiento en sus análisis sobre los medios de comunicación. No puede equivocarse tanto.

Por lo visto, y así se ha publicado en algún medio digital, no le hacen demasiada gracia los confidenciales. Así, en general, sin matices.

Los Príncipes de Asturias recibieron a la junta directiva y los socios protectores de la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom), con motivo de su vigésimo aniversario, y doña Letizia aprovechó para criticar abiertamente a los confidenciales.

No se quedó ahí, sino que se atrevió a más: responsabilizó a los dircom presentes de contribuir a su financiación, con publicidad de las empresas a las que representan.

Como se trata de fuentes indirectas, si las cosas no ocurrieron tal cual, no estaría de más que alguien corrigiera esas versiones porque no me parece asunto baladí.

Pero, si el relato es verídico, insisto en que a la princesa hay que exigirle que afine más en sus análisis. Y que sea más prudente.

De igual modo que no cabe condenar a “la prensa” en su conjunto por el hecho de que haya (y los hay) periódicos y revistas insolventes, y hasta malvados, de igual forma no es admisible demonizar a “los confidenciales” en general.

Por si no lo sabe la princesa, que debería saberlo, en el ámbito confidencial tenemos, como en botica, de todo: buenos, malos, indiferentes… Y no es admisible que se generalice sin distinciones. Pero menos aún, repito, por alguien que ha sido periodista, aunque ya no lo sea.

Por si no lo sabe la princesa, en este sector circulan medios con la misma, y a veces mayor, altura periodística, calidad informativa y rigor que cualquier otro medio de información de este país. Y trabajan periodistas de máximo nivel.

Y, por si no lo sabe, en no pocos casos los confidenciales consiguen mayor penetración, impacto e influencia que esos otros medios, los tradicionales, que, por lo visto, sí gustan a doña Letizia.

Si lo publicado se confirma, la princesa ha entrado por mal camino.

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