El CIS es el lobo

Se veía venir, eran resultados cantados sin necesidad de encuestas ni de ‘cocinas’ y, ahora, los protagonistas se alarman y ponen manos a la obra. Lo que pasa es que, algunos, pueden llegar muy tarde.

Aunque se  deje a un lado el fenómeno de Podemos, con su luces y sus sombras, el panorama de socialistas y populares no es nada halagüeño por más que lo quieran enmascarar.

El PSOE paga todavía los intereses de la magra herencia que dejó Rodríguez Zapatero y apenas ha generado ningún capital político en la etapa de Pedro Sánchez. Entre las zancadillas que le han ido poniendo y los traspiés que él mismo se ha procurado, lo cierto es que- a pesar de su buena acogida como político- está llevando a su partido a las cotas más bajas que se han conocido. En la situación actual, y tras la etapa anterior, es bastante lógico lo que está pasando aunque no lo dijera el CIS.

Mariano Rajoy tiene la aceptación más baja de su trayectoria y, aun así, el Partido Popular sigue en cabeza, cosas de los sondeos. Pero no es para estar satisfecho y los populares se están dando cuenta de que hay que empezar, por dónde sea, pero empezar. Un partido que lleva gobernando con mayoría absoluta una legislatura, no debe considerar normal la situación por mucho que el poder desgaste. De hecho, han entrado en campaña y los anuncios de los logros cubren los medios de comunicación y hasta Mariano Rajoy se prodiga como nunca, por más que siga habiendo resabios como los de mantener ‘in pectore’ los nombres de los candidatos.

Queda un año y no es que puedan pasar muchas cosas, es que van a pasar con toda seguridad y los cambios en el electorado serán muchos.

Como decía aquel, esto no se va a quedar así, pero es bueno que se le vean las orejas al lobo.