Europa hoy: Pena de película

Era inevitable y aunque el ensañamiento de los medios no ha sido excesivo, la genial película de Berlanga ha estado en muchos titulares.

Y es que el desplante de Obama al anunciar que no viene a la cumbre de Madrid, entre Europa y América, tiene demasiadas analogías con ‘Bienvenido Mr. Marshall’, como para que se resista la tentación de la broma. ¿o no tan broma?

El paralelismo es evidente entre las dos ‘bromas’, incluidos los personajes de Villar del Río y los del Palacio de La Moncloa.

¿Cómo resistirse a comparar al alcalde que tan magistralmente encarnó Pepe Isbert con el mismísimo Rodríguez Zapatero? Y ¿cómo no evocar al ministro Moratinos en la figura del ‘vendedor de humo’ que interpretaba Manolo Morán? Y ¿cómo no pensar en el niño Pepito, ese que le sopla a la maestra, al ver a José Blanco? O ¿cómo no comparar a la ministra Chacón, tan circunspecta ella, con la mismísima maestra a la que daba vida Elvira Quintillá? Y ¿quién podría olvidarse de Leire Pajín al ver a Lolita Sevilla cantar las coplas a los americanos y recibirlos con alegría, aunque por aquel entonces no se hablara de acontecimientos cósmicos? ¿Y qué decir del parecido de actuaciones entre el médico, que quiere una fuente luminosa ‘con chorrito’, con el ministro Miguel Sebastián que es el ministro de las bombillas, o del boticario -que es de por sí ambiguo y silente- con Pérez Rubalcaba?

Y la comparación más fácil: los buenos, crédulos e incluso colaboradores habitantes de Villar del Río, que no dudan en prestar todo su apoyo a las ideas descabelladas del alcalde y de Manolo, el vendedor de humo, con los españolitos de a pie que aguantan carros y carretas.

Y con todo, bromas aparte, lo más serio de la cuestión y lo que deberían hacer la oposición y los políticos españoles, incluido el Gobierno, sería averiguar y por supuesto contárnoslo -aunque fuera desde el balcón del ayuntamiento de cualquier pueblo o ‘veguería’, que diría Montilla- el porqué no viene Obama y las razones que hay para que por vez primera un presidente de los Estadios Unidos no asista a la cumbre en la que Europa y América se ven las caras de manera conjunta.

Y ya puestos a comparar la situación con ‘Bienvenido Mr. Marshall’, tampoco se puede resistir la tentación de pensar en Mariano Rajoy al ver al hidalgo don Luís, personaje antológico de Alberto Romea, al que todo le parecía mal, todo lo criticaba y apenas daba ideas para recibir a los americanos.

Pero son, al final, cosas de Berlanga y de la ‘Escopeta Nacional’, que casi nunca apunta bien

 
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