De Isbert a Rajoy

Cada vez que Mariano Rajoy nos dice aquello de que no le gusta subir los impuestos, que a nadie le gusta subir los impuestos, que son las circunstancias las que le han obligado porque él no quería, que en cuanto las circunstancias lo permitan los bajará porque a nadie de su Gobierno le gusta subir los impuestos y que él los ha subido porque no había más remedio y porque es lo mejor para España y que su Gobierno siempre hace lo que cree que es mejor para los españoles, es inevitable acordarse de aquel genio de actor que fue don José Isbert en el famosísimo discurso en el balcón del ayuntamiento de Villar del Río en ‘Bienvenido Mr. Marshall’.

Y una vez terminado aquello de como alcalde vuestro que soy, os debo una explicación…, aparecía ese otro genio que era Manolo Morán y decía lo de no sé si os habéis enterado de que el señor alcalde os debe una explicación.

Aquí, en este ‘Bienvenido Mr. Marshall’ que son nuestras relaciones con Europa, ese papel lo hace Cristóbal Montoro: No sé si os habéis enterado de que el Gobierno de España, el presidente del Gobierno de España y yo como ministro de Hacienda del Gobierno de España no queremos subir los impuestos porque a nadie le gusta subir los impuestos, pero dadas las circunstancias no hemos tenido otra solución y es lo mejor para España y para los españoles.

Y así día tras día, declaración tras declaración y rueda de prensa tras rueda de prensa. Que es lo que dice mi portero, ‘están cansinos’.

Pero hay más analogías, entre la obra maestra de Luis G. Berlanga y el Gobierno. Manolo Morán disfrazaba de andaluces a todos los habitantes de Villar del Río porque así podrían caer mejor a los americanos. Cristóbal Montoro afirma que el IVA que tenga algo que ver con el turismo, más o menos, no puede subir porque los extranjeros son nuestra gran fuente de ingresos. O sea, como los americanos que eran recibidos con alegría.

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Aquí no puede decirse que recibamos con alegría a los europeos, que nos prorrogan lo del déficit pero nos aprietan en el IVA y en las pensiones.

Y todo ahora que – vaya usted a saber por qué razón- comienza una luna de miel entre Gobierno y oposición y a Pérez Rubalcaba se le enternecen los ojillos cuando piensa que en la cámara puede haber un consenso general para que Rajoy negocie con fuerza frente a los europeos.

Mira que si los precios del bar de las Cortes y la baratura de los cubatas tuvieran algo que ver con esa incipiente luna de miel.