José Blanco en el candelero

El rumor, o más que rumor, está en la calle. Blanco es el hombre fuerte del Gobierno en detrimento de María Teresa Fernández de la Vega a la que ya dan por amortizada. La famosa, que no eficaz, comisión anticrisis, ha lanzado al gallego al estrellato y se habla de él incluso como el posible recambio del propio José Luís Rodríguez Zapatero.

Pero del estrellato a estrellarse hay muy poco trecho.

Y es en los propios conciliábulos socialistas en los que se habla de ‘lo de Pepe Blanco’ y hasta se alude al ‘abrazo del oso’.

Así razonan algunos en Ferraz: en primer lugar no se está demasiado de acuerdo con quienes hablan del ‘Maquievelo de León’. No admiten –al menos algunos- que Rodríguez Zapatero tenga la talla política del florentino y lo más que le conceden es un cierto maquiavelismo. Maquiavelo tenía sentido del estado y una posición teórica definida que, como se vio más tarde y en algunos casos, no era del todo teórica. Rodríguez Zapatero carece de esa sagacidad y sobre todo de la altura intelectual necesaria.

En segundo lugar, eso es innegable, para él el poder no tiene más finalidad que el poder mismo.

Y en tercer lugar, ahí está su maquiavelismo, prescinde de ideas y personas sin hacer un solo gesto.

Y es ahí en donde muchos colocan a José Blanco y hablan del ‘abrazo del oso’. La fuga de gentes importantes en el PSOE está alarmando al jefe. El jefe tiene una enorme sensación de soledad que no cubren ‘las leires’ por mucho que se afanen y esa soledad supone que los golpes le están llegando directamente al rostro sin pasar ningún filtro. Ese filtro que eran para Suárez, Abril Martorell o para Felipe González, Alfonso Guerra.

Rodríguez Zapatero ha derribado todos los burladeros en los que se protegía, bien por agotamiento –el caso de Fernández de la Vega- bien por consunción –caso de Pedro Solbes- y es urgente volver a protegerse. La vieja guardia del partido no solo no está por la labor sino que en un momento dado puede ponerse a la contra. Por eso hay que adelantarse y proponer la alternativa –para cuando se cumplan la previsiones sucesorias- de José Blanco.

Una alternativa que al mismo tiempo sirve de parapeto con la comisión anticrisis. Si la comisión funciona, el éxito será de Rodríguez Zapatero, si la comisión fracasa, el fracaso será de Blanco que además habrá quedado eliminado como posible salida del callejón en el que el propio Rodríguez Zapatero puede haber metido a los socialistas.

 

Por eso son muchos los que en Ferraz no lo ven claro o lo ven demasiado nítido y dicen: que nadie se engañe, que el ascenso de Blanco puede ser su final o simplemente el seguir de segundón, si Rodríguez Zapatero logra sobrevivir.

Tiempo al tiempo.

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