Poquita cosa

No es que hayan sorprendido a nadie, pero hay que reconocer que algunos políticos y algunas formaciones políticas, en el asunto de la abdicación del Rey, están haciendo el más espantoso de los ridículos. En la política, de siempre, ‘el más tonto hace relojes’, pero hay relojes y relojes.

Se lanzó Cayo Lara y, todavía bajo el síndrome Podemos, dijo aquello de Monarquía o república, o lo que es lo mismo –según él- Monarquía o democracia. Hay que saber poca historia de España, poca historia general y, sobre todo poca historia de su propia ideología, para decir eso y seguir saliendo a la calle como si nada.

Y ahora nos enteramos de que Artur Mas, viaja a los Estados Unidos. Naturalmente es un viaje fundamental para quien representa al Estado en Cataluña. Un viaje ineludible para los intereses de España y de Cataluña y un viaje, debido al cuál, no podrá estar presente en el acto de proclamación del futuro Rey Felipe VI.

Y ahora nos enteramos de que el señor Durán está molesto porque no se ha contado con él para la abdicación. Es impensable que el perejil de todas las salsas políticas –otra cosa es que esas salsas gusten a alguien- haya estado al margen de acontecimiento tan importante. Afirmación que parece falsa por cuanto estando él en Roma la vicepresidenta del Gobierno, se molestó en hablar con el político de Unió, para enviarle el texto legal elaborado por el Gobierno el mismo lunes.

Y ahora nos enteramos de que el Partido Nacionalista Vasco se abstendrá en la votación, porque ‘no conocen suficientemente a Don Felipe’. Una excusa tan pobre como algunas ideas que circulan por ahí.

Claro que la abstención - comparada con la anunciada intención de Izquierda Unida de votar en contra, es decir, querer que Don Juan Carlos siga en la Jefatura del Estado y que no abdique- es todo un tratado de derecho constitucional.

Hay que reconocer que son poquita cosa.

No es que no vean más allá de sus narices, es que ni siquiera ven sus narices.

¿O es que no tienen narices?