ZP y Rajoy no confían y son un problema recíproco. Blanco se ‘retrata’ y en el PP las aguas del Canal bajan turbias

El otoño se nos ha metido en la harina de la confianza.  Confianza es la palabra estrella del final del verano Esto parece una canción del Dúo Dinámico. Lo que pasa es que nadie confía en nadie y ningún político se atreve a dar la espalda a otro aunque sea de su partido.

El Partido Popular de Madrid está de congreso. Todo va a ser a mayor gloria de Esperanza Aguirre. Pero, como casi siempre, llega Ruíz Gallardón y le echa agua al vino. Esta vez le ha echado encima a la presidenta de la Comunidad y del partido el chorro del Canal de Isabel II. Casi le ha convertido el congreso en una inundación de la M-30, esas que se producen en cuanto cae un poco de txirimiri -que diría Ibarretxe- en la capital y los agujeros de los jardines se convierten en lagunas al paso de los túneles.

Y hay problemas. No los de la economía, que esos ya los tienen controlados Solbes con la ayuda de la CEOE. Los problemas están cada vez más claros. Dice Rajoy: El problema de la economía es usted, señor Zapatero. Y contesta Zapatero: Yo soy el problema para usted. Los dos muy irónicos y hasta metafóricos pero, mientras tanto, la crisis sin barrer.

Todos tenemos problemas. Ibarretxe, sin ir más lejos, tras el portazo de los tribunales tiene problemas para montar la ‘diada vasca’ en Europa. Que la va a montar a base de llevarse a los vascos y vascas en autocares a protestar contra España y la tiranía a la que somete a vascos y vascas. Lo dicho, una ‘diada’ pero con Sabino Arana en vez de Rafael de Casanova y sin el escudo del Barça en plan corona.

Claro que el lehendakari ya ha dado con la fórmula para solucionar el problema: ‘Un mensaje de mirada al frente, de serenidad, nunca de resignación ni de pasividad’. Lo que parece ser una mezcla cursi del ‘Montañas nevadas’ del franquismo y de algún verso en euskera del bardo Iparraguirre.

Problemas los de José Blanco, que aparte de los propios de su cargo ahora debe de fallarle la memoria. El caso es que, según Blanco, hubo una entrevista entre Rodríguez Zapatero y Montilla. Una entrevista que en palabras de Blanco fue ‘muy positiva para encauzar la financiación autonómica’. Pues resulta que al político gallego o le falla la memoria o se le ha disparado la imaginación, porque según Montilla no hubo entrevista, que él vino a Madrid por asuntos personales –a comerse unos callos, sería- y no a La Moncloa, que él es muy independiente y muy autónomo y a él no le dicen en Ferraz lo que tiene que hacer.

El caso es que Blanco ha tenido que ‘retratarse’ o sea, desdecirse. Pero eso ha servido para que se retratara de verdad, o sea hacerse fotos, y que todos nos demos cuenta de la confianza que nos puede merecer lo que dice el de Palas de Rei.

Problemas para Mc Cain, que si sale elegido presidente de los Estados Unidos tendrá que usar de la prudencia para ver si recibe o no recibe a Rodríguez Zapatero. Eso de la prudencia se le ha ocurrido al mismo Zapatero. Tal como están las cosas es un buen consejo para el candidato a la Casa Blanca.

Y la CEOE, que ahora pide tiempo, como en el baloncesto y quiere que el mercado aguarde a que los empresarios hagan balance y arqueo de caja. Hombre, parece un poco fuerte eso de mercado sí, mercado no. Gerardo Díaz Ferrán ha confundido la feria con el mercado y pretende que se lo adaptemos a según le vaya.

 

Ofensiva contra la ETA y sus corifeos. Ya hay algún malvado que se pregunta si la diligencia de los encargados de las ilegalizaciones sería la misma en caso de que su mandato no estuviera más que agonizante. Pero, lo dicho, son ideas de los mal pensados.

Y mientras Ibarretxe monta la ‘diada vasca’ contra España, Urkullu va a lo suyo sin contar con el lehendakari, y dice que menos independencia y más autonomía que traducido del euskera -más o menos literalmente- quiere decir que menos política y más dinero, que ahí están los presupuestos a la vuelta de la esquina y eso tiene un precio. Listo este Urkullu.

Y como no parece que Rodríguez Zapatero vaya a dejar de ser un problema para Rajoy y Rajoy va a seguir siendo un problema para Zapatero, los malvados de antes se preguntan por qué el uno y el otro no dejan de ser un problema recíproco y practican aquello tan significativo de dos por el precio de uno, que ahora no están los tiempos para despilfarrar.

Y es que baja hasta la basura. Dicen que con esto de la crisis en Madrid se recoge el 6% menos de desperdicios.

Eso va a ser alguna de las dificultades de Solbes.

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