Zapatero duda (y se le nota): debe buscar su Mirari que le pinte. Y hasta el Real Madrid se nos viene abajo

Hay quienes opinan que el Presidente tiene todo “atado y bien atado”. Estudiado y bien estudiado y que planifica los tiempos y mide las velocidades.   No es fácil hacerse a la idea de que eso es así si se repasan las noticias de la semana.   El Lehendakari sigue buscando su lugar al sol, ahora con la ayuda de Mirari, esa niñita vasca que dibuja ingenuamente el llamado “Plan Ibarretxe”. El Partido Socialista de Euskadi no sabe a qué carta quedarse y Patxi López transcurre por el mundo político como alma en pena.   Navarra se hace cuestión de gabinete en ETA y en Batasuna y se la denomina “columna vertebral” de Euskadi y los navarros, con razón, se inquietan a pesar de las promesas de Fernández de la Vega.   A todo eso se añaden los juicios y las sentencias de Otegi que hasta puede pasearse por Europa con la anuencia de los fiscales, ahora a la medida de Conde Pumpido.   Son demasiadas incertidumbres como para pensar que en la mente de Rodríguez Zapatero todo está diseñado.   Es curioso el paralelismo entre esa incertidumbre en el País Vasco y la que se vive en Cataluña. Siendo tan distintas las situaciones e incluso las apetencias de unos y otros, al final la sensación es la misma.   Maragall buscando su lugar al sol con el añadido de que es del mismo partido que el del Presidente del Gobierno. La Esquerra propugnando desde el Gobierno de la Generalidad el voto nulo para el Estatuto que defiende ese Gobierno y la derecha nacionalista a punto de llegar al poder impulsada precisamente desde Madrid por el Partido Socialista al que pertenece el actual Presidente de la Generalidad.   Un marciano que aterrizara por estos lares y viera el panorama hablaría –como mínimo- de esquizofrenia política.   También el Partido Popular tiene sus dudas. Los cuatro millones de firmas no es que hayan sido despreciados por la Vicepresidenta del Gobierno, es que son ignorados por muchos de los ciudadanos que no ven su utilidad y mucho menos su trascendencia para el futuro político.   También entre los populares se alzan voces que cuestionan muchas de las cosas que se están haciendo, tanto en su naturaleza como en intensidad.   La sensación es de provisionalidad con el agravante de que se están tomando decisiones de gobierno que no son nada provisionales.   Lo único seguro que teníamos que era la seriedad del Real Madrid como entidad, incluso independientemente de los resultados, también se nos ha venido abajo.

 
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