Por la boca… ¡Ahora!

Ahora es una palabra que se usa mucho en titulares y normalmente suele hacerse en un tono negativo, tiene un cierto aire de reproche. ‘Fulano dice, ahora’, ‘Mengano rectifica ahora”, ‘Zutano decide ahora’…

Tal como se está poniendo el tiempo político en España es de suponer que vamos a leer, ver y escuchar muchos ‘ahoras’ relacionados con las actuaciones de Pérez Rubalcaba. Esos ‘ahoras’, se quiera o no, llevan aparejados aires de rectificaciones, de marcha atrás, de donde dije digo. E incluso tendremos que leer, ver y escuchar en más de una ocasión un ‘yo nunca dije eso’.

La primera en la frente ha sido la palinodia que ha cantado el candidato a candidato en relación con la presencia de Bildu en las instituciones. ‘Bildu podría haber tenido menos poder institucional si las cosas se hubieran hecho de otra manera’. Una vez más –viniendo de quien viene no debe de extrañar a nadie- declaraciones ambiguas, nebulosas, oscuras y plagadas de misterio.

¿Qué cosas se tenían que haber hecho y, sobre todo, cuándo? Porque puede referirse el candidato a candidato a las maquinaciones del Constitucional para cargarse lo que había dicho el Supremo y permitir a Bildu presentarse a las elecciones. O sea, que el Gobierno del que es vicepresidente Rubalcaba podría haber hecho las cosas de otra manera antes de todo el tinglado electoral.

¿Alude acaso el candidato a candidato al Partido Nacionalista Vasco, a las negociaciones que no conocemos con la ETA, a soplos cafeteriles o, simplemente, a acuerdos postelectorales para dar y quitar alcaldías por encima del voto y de la voluntad de los votantes?

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¿Se refiere a su propio partido, que ha negociado -en según qué sitios y en según qué casos- como si lo hiciera jugando al pito-pito gorgorito?

El problema del ahora –adverbio de tiempo- es precisamente que se juega con el tiempo y el tiempo siempre es escaso y siempre se acaba y, en política, casi siempre pasa factura.

No es bueno que el candidato a candidato quiera lavar su imagen y, sobre todo, que quiera borrar ese pasado político tan dilatado al que aludió Carmen Chacón. Lo hecho está hecho y lo dicho está dicho. Y para alguien que tiene un futuro político tan prometedor y tan inmediato, el mirar hacia otro lado es peligroso.

Otra cosa es que ‘ahora’ Rodríguez Zapatero se plantee adelantar las elecciones generales, porque ni tiene futuro político ni políticamente existe ‘ahora’. Y si existe, es solamente para cogerle el teléfono a Angela Merkel y que le indique la fecha de las elecciones.