Por la boca… Año y medio

El que no se consuela es porque no quiere y Rodríguez Zapatero –optimista por naturaleza- es de los que se consuela con lo primero que tiene a mano. El problema es que lo que ahora se le ha venido a las manos es la negociación-chantaje con el Partido Nacionalista Vasco. Y no es porque no se lo haya dicho bien clarito Íñigo Urkullu, quien aparece como insaciable. Y un problema añadido es que todos –parece que el presidente del Gobierno es el único que no se entera- sabemos qué es lo que necesitan los nacionalistas vascos para sentirse saciados.

Porque la realidad es que lo del cambio de nombre de las provincias y otras bagatelas son fintas para que no se fije la mirada en lo que de verdad importa. Por ejemplo ¿Es oportuna, oportunísima, inoportuna o inoportunísima, la entrevista con Arnaldo Otegui?. Ahí se entiende casi todo.

Hasta se entiende que, no solamente a Rajoy, sino a muchos españoles se les esté haciendo interminable esta legislatura. No es verdad que todas las legislaturas duran lo mismo por mucho que Rodríguez Zapatero lo diga en tono jocoso. En primer lugar hay legislaturas que, por las razones que sean, duran menos y en segundo lugar hay otras que, por razones que todos conocemos, se hacen interminables. Y eso es justamente lo que está pasando con la estancia de Rodríguez Zapatero en la Moncloa. En una cosa lleva razón el presidente: año y medio es mucho en política sobre todo, hay que apostillar, en ciertas políticas.

Hay que tener mucho valor para hablar de rabietas por conseguir el poder. Hay cosas peores que rabietas que se están haciendo para conservarlo. Por ejemplo la forma en que se ha negociado el sí a los presupuestos, única y exclusivamente, para permanecer en el poder. Por ejemplo el ominoso silencio con el que se ha cubierto esa negociación y, lo que es peor, los resultados. Por ejemplo la situación en la que se ha dejado a un hombre como Patxi López y con él a una gran parte del socialismo vasco.

Ahora a disimular, a sonreir, a ganar tiempo y esperar que, en año y medio, las cosas cambien. Mientras tanto se negocia con quién haga falta y lo qué haga falta. El ‘cómo sea’ ha llegado a sus mejores momentos.

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Y una vez más hay que decir que ese cómo sea lo pagamos, lo llevamos pagando legislatura y media, los españoles y ha llegado el momento de hacer balance y presentar cuentas. Posiblemente para eso no haga falta año y medio, con unos minutos bastaría pero el presidente, va y, encima, nos amenaza recordándonos que queda un largo año y medio.

Porque lo quiera o no Rodríguez Zapatero, es un año y medio larguísimo.