Por la boca… Rubalcaba tiene un plan

Aunque el tiempo no se decide a ponerse definitivamente la ropa primaveral, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene alterada la sangre. Y se la altera el afán antisocial que demuestra cada día con sus recortes el Partido Popular y así vemos a 'padres que hurgan en las basuras junto a sus hijos, gente que nunca ha sido pobre y que lo es ahora y quienes no ponen la calefacción'. Vamos, toda una 'emergencia nacional' en palabras del líder socialista que nos ha contado que tiene un plan para salir de la pobreza.

Un plan que consiste en dar 400 millones de euros a los ayuntamientos, otros 400 a las comunidades autónomas y 200 a las organizaciones no gubernamentales. Ni más ni menos. Y todo solucionado.

Naturalmente surgen muchas preguntas, incluso esas tan tópicas que esgrimen los del Partido Popular diciendo que ya se le podía haber ocurrido cuando estaba en el gobierno, pero resistiendo la tentación y a la vista de los posibles recipiendarios, la pregunta se viene sin querer a los labios: para acabar con la pobreza ¿de quién?

Al parecer se trata de volver a las subvenciones, se trata de volver a los 'eres', se trata de volver a los planes de empleo rural, se trata de volver a las famosas 'peonadas' e incluso se trata de volver al tan manido plan E. Nada nuevo bajo el sol. Si no fuera porque la cosa no está para bromas se podría decir aquello de 'plan para hoy y hambre para mañana'.

De crear empresas ni una palabra, de crear puestos de trabajo ni una palabra, de incentivar a los pequeños empresarios ni una palabra, de incrementar las ayudas a los trabajadores por cuenta propia ni una palabra.

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Es lamentable que todo lo que se les ocurra a nuestros políticos -y además políticos con aspiraciones de gobierno- sea sacar dinero de los fondos públicos. No es que la pobreza sea una emergencia nacional. Estamos hablando de una verdadera tragedia que afecta a individuos y a familias que están ahogadas a impuestos, en el paro, pagando medicinas e incluso sin vivienda.

La verdadera emergencia nacional son nuestros políticos. Es esa llamada clase política que se defiende como gato panza arriba cuando ve, aunque sea remotamente, peligrar su estatus. Son esos políticos, por ejemplo Duran i Lleida, que cuando piensan que en España puede surgir un Beppe Grillo, al estilo italiano, se les pone la carne de gallina.

Pérez Rubalcaba no se caracteriza precisamente por su sentido del humor, pero las cosas cambian, las circunstancias también, las personas por supuesto y los políticos no digamos. Al final le salió la vena José Mota y fue y dijo: 'ya sabéis que el PSOE cuando se lo propone, acaba con la pobreza'.

Esta vez, como en las ruedas de prensa. No hay preguntas.