Por la boca… La década ominosa

Archivo - El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

Se enmarcan, se celebran y se resaltan, los diez años de Sánchez como secretario general de su partido, desde que lo socialistas decidieron cargar con él, para ponerle en la línea de salida y que los españoles compartieran esa carga. Y ya puestos a cargar, también decidieron que Sánchez -casi al mismo tiempo que se cargaba el PSOE- se cargara España.

La historia está de moda o por lo menos lo que algunos quieren hacer pasar por historia.

Entre los tergiversadores, los mentirosos y los manipuladores, la historia es zarandeada de continuo y hasta se hacen leyes para conservar la memoria de esa historia que se inventa cada día.

Y además de la redacción de una  historia cada día, cada momento y en cada ocasión, todo, cualquier cosa que ocurre, se reputa como histórico. Desde un partido de fútbol, hasta la marcha de un político, unas declaraciones inanes, la boda de un famoso o las memeces de un prófugo, se califican de hitos históricos.

Por eso, no es de extrañar que se enmarquen los diez años de Sánchez, como secretario general de su partido, desde que lo socialistas decidieron cargar con él, para ponerle en la línea de salida y que los españoles compartieran esa carga. Y ya puestos a cargar, también decidieron que Sánchez -casi al mismo tiempo que se cargaba el PSOE- se cargara España.

Y siguiendo la moda de la historia, para celebrar estos diez años de Sánchez, no viene mal recordar aquellos años que se conocen como la Década Ominosa (atención asesores: ominoso según el DRAE significa abominable, despreciable, odioso) y que son los años en los que el felón Fernando VII, tras la llegada de los 100.000 hijos de… San Luis, sumiera a España en el absolutismo más degradante, vergonzoso y aberrante de su historia o por lo menos de la historia que había transcurrido hasta 1823. Años que Galdós retrató, en todo su dramatismo, en uno de los Episodios Nacionales titulado “El terror de 1824”. O sea hace 200 años. Otra fecha histórica.

Y como en todos los aniversarios siempre hay parecidos o si se quiere semejanzas en este de aniversario de Sánchez…pues ya se sabe.

Por ejemplo escribe Galdós a propósito de un tribunal de aquella década que “estaba en absoluto, sometido a la voluntad de aquella odiosa palanca del Gobierno…” ”Los demás altos individuos del aborrecido Tribunal eran figuras decorativas que sólo servían para hacer resaltar con su penumbra, la roja aureola infernal del presidente….”. Efemérides, aniversarios y casualidades.

Lo que no es casualidad es la trayectoria de Sánchez que  -reflejada en tres columnas- lo que dijo que haría, lo que prometió que no haría y lo que está haciendo- daría para mucho más que para una década y para un periodo bastante más que ominoso. Y para que Montero, Bolaños, Marlaska, Alegría o López (pero Pedro ¿tú sabes lo que es una nación?) Escrivá, Díaz y Díaz, Cuerpo y hasta Urtasun (el de los toros, como don Francisco de Goya pero ejerciendo de sicofante) y Puente, el afectado de logorrea, tuvieran que moderar los aplausos, los ditirambos y las adhesiones inquebrantables.

 

Y es que la historia es muy traicionera.

Pero como muy bien dijo Shakespeare (aunque no conoció a Sánchez)  “No hay noche por larga que sea, que no encuentre el día”.

La carcajada… Dice De Celis (el que preside el Congreso cuando Armengol se va): “Jueces como Peinado, ponen  muy difícil decir que no hay “lawfare” en España”.

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