Por la boca… Ya empezamos

Lo de ‘ya empezamos’ es una forma de hablar porque, tratándose de nuestros políticos y de sus declaraciones, nunca empezamos porque nunca callan. En cualquier caso empieza el curso político, hay dos elecciones a la vista, más todo el tinglado económico y una vez más los políticos no se privan de sus incoherencias, de sus lugares comunes y de sus vaciedades.

Naturalmente siempre hay diferencias entre unos y otros pero las diferencias son cuantitativas –los hay más o menos locuaces- porque desde el punto de vista cualitativo los contenidos siempre son para estremecerse.

Preguntada Dolores de Cospedal –secretaria general del primer partido de España y ahora en el Gobierno- sobre el asunto del llamado rescate, se suelta el pelo y va y dice algo así: el Gobierno hará lo que sea más conveniente para la generalidad de los españoles. En cuanto al uso o no de ese instrumento –nótese la ingeniosidad de llamar ‘instrumento’ al rescate- el Gobierno lo empleará o no lo empleará, pero sí quiero decir que parece mentira la actitud del señor Pérez Rubalcaba que hasta hace nueve meses estaba en el Gobierno responsable de la mayoría de las cosas que están pasando, y ahora no quiere arrimar el hombro.

La pregunta surge de forma inmediata: sin ánimo de ofender ¿decía usted? No cabe menos en más.

Y así todos. Patxi López se descuelga con unas peroratas que amenazan con acabar hasta con los que han nacido en el mismo Bilbao. Antonio Basagoiti quiere que sea el Partido Popular quien protagonice el final de la ETA. No sabemos a qué final se refiere pero a él le da lo mismo. Dice que se lo merece. Tomás Gómez sigue con la perra del referéndum. Rubalcaba con sus estudiados tartamudeos no dice nada de nada. Y la que calla y no sabemos si otorga es Carmen Chacón.

Rajoy afirma muy serio que en este momento no se plantea tocar las pensiones, o sea… y que cuando haya noticias sobre el rescate ya nos lo dirá, y Sáenz de Santa María afirma que eso del rescate es una cosa muy seria y que no hay que precipitarse.

Y todos muy circunspectos y con cara de circunstancias como si estuvieran diciendo algo. No algo importante sino simplemente algo.

Y en estas estamos cuando a los que se les entiende todo es a los políticos catalanes.