Por la boca… No es que no tenga nada que esconder… Es que ya no hay nada que esconder, porque se sabe todo (o casi todo)

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El abogado de Begoña Gómez, Antonio Camacho, durante la llegada a los juzgados de Plaza Castilla de Begoña Gómez para declarar ante el juez Peinado, a 19 de julio de 2024, en Madrid (España)/Foto: Fernando Sánchez (EP)

Hay abogados defensores que se dedican a las farfullas y triquiñuelas jurídico/procesales o sea a liar todo, a crear confusión y siempre hay quien se malicia que lo que pretenden es dar largas, agotar plazos y que no se investigue a fondo la verdad de los hechos que están bajo sospecha. Presuntamente, claro.

La pregunta que habría que haber hecho al abogado de Gómez -cuando afirmó, en relación a la negativa de su cliente a declarar ante el juez por segunda vez, “no es que tenga nada que esconder, es porque esta defensa le ha recomendado no declarar”- era una pregunta obligada: ¿Y por qué razones la defensa ha recomendado a Gómez no declarar?

De las siguientes afirmaciones del abogado se deduce que en el proceso no hay garantías, y según dicen todos los ministros del Gobierno de Sánchez, además de una inhumana y cruel persecución, Gómez sufre de indefensión frente a las decisiones del tribunal que la cita a declarar.

¿Y por qué la defensa de Gómez se opone a la declaración de testigos como los vicerrectores de la Complutense? Pues porque –según “esta defensa” eso es harina de otro costal o sea de otra investigación o proceso o vaya usted a saber qué.

Evidentemente hay abogados defensores que se dedican a las farfullas y triquiñuelas jurídico/procesales o sea a liar todo, a crear confusión y hay quien se malicia que lo que pretenden es dar largas, agotar plazos, no dejar pasar una sola posibilidad de recurrir, incluso a fijar tiempo a las audiencias para sobreseer el caso y esperar un desliz procesal de los jueces para usarlo de clavo incandescente. Recursos, aplazamientos, recusaciones de tribunales, dudas sobre testigos…todo vale con tal de dar largas a ver si el juez, entre tanta confusión, se “desliza” procesalmente y la cosa concluye por defectos de forma. Tan antiguo como la institución del abogado defensor.

Todo para que no se investigue a fondo la verdad de los hechos que están bajo sospecha, por supuesto presuntamente, incluidas las farfullas y las triquiñuelas y los recursos y los silencios.

Porque lo de los bulos fangosos, debería de aclararse.

¿Es un bulo fangoso que Gómez no tiene titulación universitaria, a pesar de lo cual es titular de una cátedra en la Complutense?

¿Es un bulo fangoso que Gómez ha firmado cartas “comendaticias” que podrían haber beneficiado a empresarios amigos y bienhechores de esa cátedra?

 

¿Es un bulo fangoso que Gómez se ha reunido con empresarios a “trabajar” en La Moncloa?

¿Es un bulo fangoso que altos cargos académicos responsables de que Gómez ostente una cátedra en la Complutense, han visitado a Gómez en La Moncloa?

¿Es un bulo fangoso que  Sánchez también ha estado presente en alguna reunión de trabajo con empresarios, en La Moncloa?

¿Es un bulo fangoso que el Consejo de Ministros que preside Sánchez, ha otorgado concesiones millonarias (presumiblemente con toda la legalidad requerida) a algunos empresarios que van a La Moncloa a trabajar  con su esposa?

Porque con independencia de si los hechos son o no son delitos, los bulos cuando se refieren a hechos consumados, probados, publicados y no desmentidos ya no son bulos, son certezas.

Y ahora aparece Sánchez, en carne mortal, en el ruedo judicial y entra con el abogado de las farfullas procesales. Que si declara o no declara contra su mujer, que si se le cita o no se le cita, que si por escrito, que otro recurso, que grabaciones o no grabaciones.

Igual –que nunca se puede estar seguro, aunque sí se puede columbrar quienes la manejan- estamos ante un caso de máquina procesal del fango.

Y puede estar pasando -con testigos, con citados, con imputados y hasta con interrogados- lo mismo que ocurría con aquel Godot, al que según Beckett se esperaba, pero que nunca aparecía, ni se sabía quién era, ni a qué se dedicaba.

Pero lo peor de todo es que las que ni están ni se las espera, son las explicaciones.

La carcajada…  Dice Becerra que es al que Sánchez ha encargado eso de los derechos de los animales: “El uso de animales de todo tipo en espectáculos como la participación de la cabra de la Legión en el desfile del 12 de Octubre, se tiene que regular mejor de lo que está ahora mismo. Por  lo tanto todo lo que podamos hacer para reducir el estrés que soportan esos animales, bienvenido”.

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