Por la boca… El independentismo catalán, de más a menos

No se trata de hacer bromas con el apellido del ex presidente de la Generalitat. De lo que se trata es que, tras la conferencia de prensa de Francesc Homs después de su comparecencia ante el Tribunal Supremo, se ha demostrado que, al menos él y los que iban en la comparsa procesional que le acompañó hasta la puerta, han llegado a la más mínima expresión cualitativa, que nunca ha tenido la idea separatista en Cataluña.

Con independencia de las mentiras que siempre los han acompañado o de las falacias que los han llevado a envolverse en la Senyera y a afirmar expresamente que representan a Cataluña y a los catalanes, nunca como en esa comparecencia ha habido más pobreza de ideas, más escasez de razonamientos y más indigencia de argumentos. Han ido de más a menos.

Desde el más pedestre ‘nunca tuvimos intención de desobedecer o de hacer algo ilegal’ hasta la afirmación de que ‘esto es un asunto puramente político y no jurídico’ no ha habido nada, ni jurídico ni político que haya podido hacer variar las calificaciones del fiscal, incluido el gimoteo de que la sentencia está dictada de antemano.

Todo trufado de una cierta ironía, de medias palabras y de una pretendida socarronería –que dicho sea de paso contrastaba con la seriedad de Artur Mas a quien parece que se le ha borrado aquella media sonrisa que siempre lucía, por ejemplo durante las pitadas al rey y al Himno Nacional- que solamente ha valido para dejar aún más clara la carencia de algo solvente que exponer ante la opinión pública.

Pero, con todo, lo más risible de las comparecencias de Homs y de Mas, ha sido su insidia de que lo que está en juego es la democracia; su falacia afirmando que si pusieron las urnas fue porque lo decidieron libremente los catalanes y la gran mentira de seguir afirmando que los catalanes quieren la independencia.

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Sí que desobedecieron al Tribunal Constitucional. Sí que usaron medios públicos de forma ilegal para conseguir llevar a cabo una acción a todas luces inconstitucional. Sí que dieron órdenes a funcionarios y a responsables de estructuras públicas para facilitar unas votaciones que prohíbe la ley.

Y a todo esto, el protagonista de la rueda de prensa es un integrante del Congreso de los Diputados de España, que cobra de esa institución y que ha llegado al Tribunal Supremo, única y exclusivamente, acogiéndose al privilegio del aforamiento que le otorgan las leyes españolas.