Por la boca… Los independentistas, la estampita, el tocomocho y el 155

Le decía uno a su interlocutor: ‘no te hagas el tonto’, y el otro le respondió: ‘no me hago el tonto, es que soy tonto; lo que pasa es que algunas veces me hago el listo’.

Esto es lo que sucede con los independentistas de Cataluña. Con ellos nunca se sabe si son tontos y se hacen los listos, o si son listos y se hacen los tontos. Además de las mentiras, los fraudes y las falacias, siempre tienen preparado un timo para sus seguidores o para los que, alguna vez, de han creído algo de lo que dicen.

Ahora, con vistas a las elecciones, el timo es el del 155.

Han decidido timar a la gente contando la historia de que la aplicación, estrictamente legal de un artículo de la Constitución, es un acto de fuerza, una usurpación del gobierno de Cataluña, un ataque a la democracia y un atentado contra la libertad. Además de todo lo anterior, la convocatoria de elecciones, es ilegal e ilegítima. Ni se sabe por qué, ni se razona por qué, pero la única realidad es la que ellos ven -mezclada con la silueta de sus propias narices- pueblerina, alicorta, falsa y paleta, pero es su realidad y ¡ay! de aquel que diga lo contrario.

Y llegados a este punto, hace su aparición otro timo.

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Preguntan retóricamente si el Gobierno de España admitirá el resultado de las elecciones.

Y de eso saben mucho; porque lo que realmente supone no acatar los resultados de las urnas es no admitir la legitimidad de la Constitución votada por los españoles y negar la legalidad para aplicarla a un Gobierno elegido democráticamente.

Pero es evidente que, como en el caso del timo de la estampita y en el del tocomocho, la culpa no es solamente del timador, sino también del que se deja timar.

Y, de momento, lo que dicen las encuestas es que sigue habiendo muchos dispuestos a dejarse timar y, en estos casos, sí resulta fácil adivinar quiénes son los tontos y quiénes son los listos.