Por la boca… La nada tiene el BOE
Sánchez es la nada. La nada intelectual, la nada ideológica, la nada política, la nada estratégica y hasta la nada ética. Pero Sánchez tiene en sus manos el Boletín Oficial del Estado y desde sus páginas, hurta libertades a los españoles, hace alianzas vergonzosas y vergonzantes, nombra ministros, asesores de ministros y hasta palmeros de ministros.
Por los ámbitos de la vida política británica, siempre ha circulado un chascarrillo que, como tantas otras maldades, se atribuye al ingenio de Churchill y que muy bien puede aplicarse a nuestro acontecer y más concretamente a Sánchez:
Se para un coche vacío a la puerta del Congreso de los Diputados y de él se baja Sánchez.
Sánchez es la nada. La nada intelectual, la nada ideológica, la nada política, la nada estratégica y hasta la nada ética. Pero Sánchez tiene en sus manos el Boletín Oficial del Estado y desde sus páginas, hurta libertades a los españoles, hace alianzas vergonzosas y vergonzantes, nombra ministros, asesores de ministros y hasta palmeros de ministros. Utiliza lo público en su beneficio comprando publicidad en portadas, hunde empresas y sectores productivos, destroza la imagen de España en Europa y hasta destituye coroneles de un plumazo y acerca presos y logra dividir a los españoles…pero tiene el Boletín Oficial del Estado.
Sánchez miente a los españoles, pero solamente a los españoles que se dejan engañar, porque una cosas es mentir y otra engañar. Para mentir no hay que ser muy listo, para engañar sí.
Se puede ser mentiroso e inútil al mismo tiempo. La nada puede organizar ruedas de prensa para no decir nada y para no contestar nada. La nada se puede reunir por “onceava” vez con las autonomías para no aclarar nada, no proponer nada y no sacar nada en limpio. Pero la nada tiene el B.O.E.
Miente a todos pero no engaña más que a los que se dejan engañar por intereses, por conveniencia, por comodidad o porque van en el mismo carro a lomos de un cargo, de un carguito, de un subsidio, o de un convenio económico o porque son retribuidos a costa de la unidad de España.
Sánchez es la nada incluso cuando se dedica a la propaganda, porque eso de dar subvenciones, fútbol y playa y terrazas con vermú, ya lo hacían los romanos con sus panaderías y con sus circos y también lo hacía Franco el 1º de Mayo cuando se televisaban corridas de toros y demostraciones sindicales, para mantener sujetas las manifestaciones obreras.
Quien ha sido incapaz de pagar los ERTES en dos meses, va a pagar eso del mínimo vital en quince días. Quien es lerdo para contar los fallecidos, ha calculado de un vistazo (¿en las colas del hambre?) ochocientas y pico mil familias y los tres mil millones que costará contentar a Podemos y cuando, por las fechas, aún puede haber extranjeros en cuarentena, llegarán turistas a nuestras playas.
Pero todo es por salvar vidas (que dice Simancas, la nada de la nada).
La ley Celaá, por salvar vidas; la derogación de la reforma laboral, por salvar vidas; la destitución de Pérez de los Cobos, por salvar vidas y las zalemas a Otegui, por salvar vidas.
¿Culpable el timador? Seguramente. Pero también culpable el que se deja timar sabiendo de antemano que aquello es un timo y la nada tiene contentos a muchos españoles para los que su única aspiración es poder ir a una terraza a tomarse una cerveza.
Post scriptum. Preguntar no es ofender: Dice Iglesias que hay españoles a los que su presencia en el gobierno produce urticaria y que…”cremita”. Ese minimizar los efectos de su presencia en el gobierno ¿es rencor, es chulería o es simple memez?